Es fundamental considerar la posibilidad de luchar contra las garrapatas durante la fase no parasitaria sin necesidad de tratar en absoluto a los animales.
De acuerdo a una investigación realizada por Brazilian Journal of Animal and Environmental Research, la garrapata Boophilus microplus es uno de los ectoparásitos de mayor importancia económica a escala mundial por las disminuciones pecuarias, siendo esta una problemática que se acentúa en la ganadería orgánica. (Lea: No existe un remedio “mágico” para eliminar garrapatas, hay opciones viables en manos de productores)
Para su manejo, se recomienda en primer lugar que el hato este compuesto en mayor porcentaje por animales Bos indicus o cruces de estas razas puesto que presentan una menor incidencia de estos organismos.
Esto quiere que se deben llevar a cabo rotación de potreros y practicas culturales que vayan encaminadas en disminuir de forma considerable la población parasitaria dentro de la explotación ganadera.
La rotación y descanso de los potreros es fundamental para presionar a las garrapatas en la vida libre e impedir o retardar que encuentren un hospedero interrumpiendo su ciclo de vida.
El documento menciona que “es fundamental considerar la posibilidad de luchar contra las garrapatas durante la fase no parasitaria sin necesidad de tratar en absoluto a los animales. Por ejemplo, efectuar un estricto monitoreo de las movilizaciones del ganado para evitar la diseminación”.
Así mismo, el manejo del hábitat resulta conveniente porque aprovecha el pastizal como estrategia de lucha dirigida a la garrapata Boophilus microplus. En este sentido, la prueba más fehaciente es la de Mellinis minutiflora, especie que con su segregación de sustancias no deja subir a la garrapata a la parte de la planta, razón por la que el parásito no se prende en su huésped y al no poder hacerlo puede morir de inanición y deshidratación.
La modificación ambiental también es significativa para el manejo de la garrapata, pues se pueden crear condiciones climáticas desfavorables y aprovechar otras como las sequias y el frio. Esta manipulación también se obtiene con los riegos por inundaciones periódicas y estableciendo lo que se había mencionado anteriormente, la rotación de potreros. (Lea: ¿Qué otros problemas se asocian a la infestación con garrapatas en bovinos?)
En el caso de esta especie en especifico Boophilus microplus, el periodo de descanso debe ser mayor a 240 días con respecto a la cronología evolutiva del ciclo biológico presentado por el organismo.
En México existen especies como la Acalypha fructicosa y Gynandropsis gynandra que poseen sustancias que son atrayentes a las garrapatas, por lo que se pueden utilizar como especies trampa solamente, pues no son forrajeras pero podrían ser implementadas como una barrera contra este tipo de organismos.
Para la ganadería orgánica, existen opciones como el melón amargo y el nim que reportan la acción ixodicida de los extractos acuosos sobre las larvas de Boophilus microplus y su inocuidad sobre el estado de adulto. De acuerdo a la regulación orgánica de México, esta es una opción muy viable para las ganaderías dedicadas a la producción orgánica.
Existen algunas otras recomendaciones de plantas que ayudan a controlar la garrapata como el uso de la hierba Hedera hélix, que puede servir para que sus ramas y hojas secas se ubiquen en los lugares donde suelen pasar más tiempo los animales.
El árbol del parasito también conocido como Melia azedarach se usa para combatir las garrapatas, pues a pesar de no ser una especie mexicana, se encuentra distribuida en muchas fincas del estado de Veracruz y en otros, sin presentar problema alguno para su difusión con los ganaderos.