Aunque en varias ciudades está prohibido el uso de la pólvora, en el campo es más común su uso. Sin embargo, es prudente tener en cuenta los efectos que la pirotecnia puede generar sobre los animales y/o sus predios. Diciembre no solamente trae iluminaciones navideñas y festejos, sino también la presentación de espectáculos con juegos pirotécnicos. Y a pesar de que las autoridades advierten que las personas no deben manipular estos elementos, muchos hacen caso omiso y queman voladores, totes y volcanes. Si bien las personas son conscientes de los riesgos de usarla, muchos desconocen o pasan por alto el hecho de que su uso puede afectar a los animales o provocar incendios, sobre todo en esta época próxima a que empiece el verano en casi todo el territorio nacional. (Lea: Absténgase de usar pólvora en las fiestas para no causar incendios) Antes que nada, la recomendación más importante (y la más evidente) es no usar pólvora, por ningún motivo y en ningún espacio. La advertencia se hace sobre todo porque cualquier residuo puede generar una conflagración en el campo. “Como hay festividades en todos los pueblos de Boyacá, es tradicional quemar bastante pólvora. (…) Se debería prohibir, porque si cae un cohete en una zona boscosa con cobertura vegetal seca, puede provocar un incendio”, sostuvo Nelson Vargas Alba, profesional del sector agropecuario. Señaló que a pesar de que la mayoría de juegos pirotécnicos se dan en las cabeceras municipales, en algunos predios se lanzan voladores o se queman ‘años viejos’, muñecos hechos con ropa vieja y relleno que se prenden con fuego para indicar el fin de un año y el comienzo del siguiente. Las afectaciones en el ganado por cuenta de la pólvora Voladores, totes, volcanes y/o pitos, hacen parte del grueso de elementos que aún se pueden conseguir y que son usados a lo largo de este mes. No obstante, en el sector rural esta práctica, además de peligrosa, perjudica al ganado, generando hasta infartos en el peor de los casos. Ariel Tarazona, zootecnista, magister en Ciencias Básicas Biomédicas, PhD en Ciencias Animales y docente del área de bienestar animal de la Universidad Nacional en Medellín, en diálogo con este medio, reseñó que si un bovino fuera sometido a este tipo de detonaciones diariamente seguramente se acostumbraría, pero como es algo que ocurre una vez al año, sus perjuicios son más notorios. (Lea: Vacas echadas, señal de confort o enfermedad) “Todos los animales que son sensibles a ser depredados como vacas, cerdos y gallinas, son especies que tienen un sentido del oído agudo porque precisamente así evitan los depredadores, por ende, para ellos es muy incómodo y estresante este tipo de ruidos y explosiones”, acotó el experto. Los perjuicios son graves, desde orinarse hasta un infarto, así son algunas de las reacciones que pueden tener los semovientes durante esta época decembrina. “Las especies se asustan y como no tienen hacia donde huir, van a terminar estresadas. En los animales gestantes es posible que se presenten reabsorciones embrionarias e incluso abortos. Entonces, es una práctica cultural que perjudica el bienestar de los animales”, aseguró Tarazona. ¿Hay tratamiento? Aunque no se usa con ese fin, en Europa han trabajado con aceite de cítricos o esenciales de plantas como el romero, los cuales han revelado buenos resultados al ser mezclados con el concentrado, ya que el animal está más tranquilo y relajado. “Aunque no se han usado para tranquilizarlos de las explosiones de la pólvora, posiblemente pueden brindarle calma a los rumiantes que están cercanos a lugares en donde eso ocurre, por lo que esos productos van a disminuir la sensibilidad que tienen ante estos eventos que son estresantes”, remató el docente de la Universidad Nacional. La recomendación no es brindarle este tipo de tratamientos, sino no usar pólvora, no solo evita alterar a los animales, sino pensando en velar por la seguridad de los suyos.