Se emplea como desinfectante natural de suelos. Sus ramas sirven para el ramoneo del ganado y su madera se usa para construcciones de cercas, muebles y casas en las fincas. Pese a sus bondades, es una especie en vía de extinción.. Pertenece a la familia Bignoniáceas y su nombre científico es Tecoma Spectabilis. En algunas regiones de América Latina lo llaman Chicala o Chicalá. En Venezuela le dicen “Araguaney”. Según el periódico virtual puntodevista.blogspot.com.co, el árbol le hace honor al barrio más antiguo ubicado en el centro de Valledupar que es la zona histórica de la capital del Cesar, y es emblemático de la Ciudad de los Árboles. De acuerdo con bibdigital.rjb.csic.es hay multitud de nombres americanos. Muchos fueron recogidos por S.J. Record & R.W. Hess (1940). En Colombia, los de uso más frecuente, son: Guayacán, Guayacán polvillo, Guayacán flor amarillo, Guayacán flor rosado, Guayacán morado, Chicalá, Ocobo, Roble, Roble morado, Roble de río, Roble sabanero, Cañaguate y Polvillo. Sirve de sombra para el ganado, sus ramas también se usan para el ramoneo del ganado. (Lea: El SENA y el proyecto ganadería sostenible entregan árboles y arbustos) Su madera es considerada fina y es utilizada para construcciones de cercas, muebles y casas en las fincas. Sin embargo, es un árbol en vía de extinción. Según semillasrbc.com.co es un árbol originario de México y se encuentra en Florida, Texas y Arizona (Estados Unidos), Centroamérica, Venezuela, por los Andes hasta el norte de Argentina y en las Antillas. En Colombia se ha plantado en los departamentos de Antioquia, Cauca, Putumayo (valle de Sibundoy) y Nariño. En Cundinamarca es posible observarlo en los municipios que conforman la Sabana de Bogotá y sus alrededores. Mide hasta 20 m de altura, con un diámetro a la altura del pecho de hasta 25 cm. Sus flores son amarillas y vistosas pero débilmente fragantes. Tiene semillas pequeñas, aplanadas y aladas, de 7 a 9 mm de largo. Se desarrolla entre 700 y 1.000 mm anuales y temperaturas media anual de 15 a 19ºC. en suelos profundos, drenados y con alto contenido de materia orgánica. La semilla debe quedar cubierta con el sustrato, más o menos a 0.5 cm. de profundidad. Es una especie que requiere abundante luz solar y riego permanentemente. Se emplea para el control de nematodos y como desinfectante natural de suelos, por lo tanto es excelente en la reforestación. (Lea: Árboles forrajeros: columna vertebral en la ganadería) Tiene diversos usos medicinales para anemia, diabetes, enfermedades del corazón, enfermedades de la piel, enfermedades gastrointestinales y urinarias. El zumo de la raíz se usa para sanar heridas internas en niños. En Veracruz se cocen las flores y la corteza como remedio para los dolores de estómago.