Esta patología ocurre más que todo en ganaderías de lechería especializada y podría acarrear graves pérdidas si no se trata a tiempo. Aquí le presentamos cuáles son sus consecuencias, cómo se puede prevenir y tratar una vez se presenta un caso. César Augusto Gómez Velásquez, médico veterinario y magíster en Ciencias Veterinarias, precisó que la retención de placenta genera una comunicación entre el útero del animal con el exterior, por lo cual puede contaminarse con las bacterias del medio ambiente. “La placenta está retenida por las carúnculas uterinas, pero no recibe circulación sanguínea, por lo que empieza un proceso de putrefacción, favoreciendo un microambiente para que otra bacteria se multiplique en el útero”, dijo. (Lea: Ganadero, tenga en cuenta la importancia del selenio) El experto señaló que la presencia de bacterias en el útero puede provocar una infección uterina que a su vez podría causar en la infertilidad de la vaca. Esto acarrea enormes pérdidas para el ganadero, por el aumento de días abiertos y el costo del tratamiento que conlleva la infección. Prevención Gómez Velásquez explicó que esta patología se presenta con mayor probabilidad en lecherías, especialmente en aquellas de alta producción, debido a un problema de absorción de calcio o de hipocalcemia de la vaca próxima a la recién parida. Como efecto, el útero no recibe suficiente calcio que ayuda a la retención de la placenta. “La otra posibilidad es que la vaca tenga bajas concentraciones de selenio y vitamina E, y no ayuden con la antioxidación de radicales libres que se acumulan en los placentomas o carúnculas uterinas”, añadió. (Lea: Investigadores siguen buscando soluciones a retención de placenta) De esta manera, la prevención incluye un aporte importante de minerales en el parto con bajas concentraciones de calcio, para exigir al organismo de la hembra que lo libere por sí mismo en la sangre. Otra medida consiste en suministrar vitamina E y selenio en el preparto. Tratamiento El tratamiento tiene 2 objetivos. El primero es eliminar la placenta, que se realiza con un suministro de oxitocina que, si no funciona, es reemplazada por prostaglandina F2α. Si al cabo de los días no se elimina, hay que hacer el procedimiento de forma manual, retraer lo que esté afuera sin invadir el útero. “El segundo objetivo es tratar la infección del útero, utilizando antisépticos como el lugol y antibióticos, de los cuales existe una amplia gama en infusiones intrauterinas”, indicó Gómez. (Lea: Conozca las causas internas y externas de la retención de placenta en bovinos) El médico veterinario señaló su preferencia por las cefalosporinas de primera o segunda generación, como la cefalexina. En cuanto al uso de hormonas, recordó que no hay ninguna contraindicación con respecto a la oxitocina y la prostaglandina F2α, pero sí con el uso de estrógenos.