La caída de árboles, la pérdida de las fincas y la muerte de semovientes son algunos de los daños que se pueden generar con estos fuertes vientos.
Los departamentos de Bolívar, Caldas y Atlántico han vivido casos de vendavales que han frenado el desarrollo rural. Cuando se presentan estos hechos, el sector ganadero es uno de los más afectados. Conozca por qué.
De acuerdo con Germán Londoño Jaramillo, profesional en Gestión Productiva y Salud Animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, en Manizales, un vendaval perjudica los hatos bovinos en dos factores: árboles y enceres. (Lea: Muerte súbita de bovinos, un mal del que no escapa ningún ganadero)
“El prejuicio del ganadero puede estar en la afectación parcial o total de su casa. De igual forma, un vendaval puede tumbar los árboles del predio, afectando así la oferta forrajera y de sombra para los semovientes”, explicó Londoño Jaramillo.
Asimismo, el funcionario del gremio bovino agregó que los rayos ocasionados por el fenómeno climático también pueden afectar mortalmente a la explotación bovina, pues pueden caer y electrocutar a los animales.
En la misma línea, Jesús Marceliano Zapata Obregón, coordinador de la Unidad Regional de Desarrollo Ganadero de Fedegán en Bolívar y Sucre, le dijo a este medio que los vendavales ocasionan daños en las especies arbóreas. (Lea: ¿Cómo prevenir que su ganado muera por un rayo?)
“La mayor afectación por la fuerza del vendaval en un predio ganadero, está en la pérdida de árboles. La fuerza que trae el fenómeno arranca los arbustos. De igual forma, las tormentas eléctricas pueden generar incendios en las praderas o en las mismas casas”, acotó Zapata Obregón.
El representante de Fedegán en Bolívar y Sucre ultimó que estas afectaciones, convertidas en la economía del predio, generan pérdidas irrecuperables.
“Cuando un árbol es arrancado de raíz, ya no hay nada que hacer. Lo mismo cuando un rayo le cae a un semoviente, la muerte es inmediata”, culminó Zapata Obregón.
De esta forma, es evidente que los vendavales son otro fenómeno climático que afecta considerablemente la productividad y economía en las explotaciones ganaderas. El problema de este, es que no existe fórmula para estar preparado y combatirlo.