Las trematodosis son patologías causadas por los parásitos trematodos, una clase de filo de gusanos platelmintos de las cuales se destacan la fasciolosis y las paramphistomidosis. En Colombia, es muy común la fasciola hepática en las lecherías de clima frío. Carlos Alberto Correa, médico veterinario y representante técnico comercial de los laboratorios AGV Salud Animal y Proconvet S.A., explicó que los trematodos son un grupo de parásitos que causan múltiples enfermedades, además de las 2 mencionadas. “Algo muy característico de las trematodosis en bovinos es la acumulación de líquidos en tejidos, cavidades u órganos, con pérdidas en la producción, parámetros productivos y hasta pérdidas por mortalidad”, aseguró. (Lea: Las pérdidas directas que ocasionan los parásitos internos) El experto sostuvo que las trematodosis atacan al ganado en cualquier edad, pues mientras que las paramphistomidosis se presentan en bovinos hasta de 1 año, la fasciola ocurre en animales adultos de forma crónica, lo que genera las peores reducciones en producción. También aclaró que los trematodos generalmente pueden afectar directamente el tracto gastrointestinal, alojándose en el intestino delgado y rumen, o las glándulas anexas al sistema digestivo, como el hígado. “En Colombia hay varios estudios sobre la fasciola, inclusive algunos relacionados con seres humanos, pues es considerada una zoonosis, y desde 1929 se empezaron estos trabajos”, indicó Correa. (Lea: Tratamientos para prevenir y curar la fasciola hepática en bovinos) Uno de los trabajos realizados en nuestro país fue elaborado por Rodrigo Bonilla Quintero, bajo el título “Diagnóstico y control de trematodosis en ganado vacuno de Colombia”. En él, se realizó una encuesta seroepidemiológica con 1026 muestras en Cundinamarca, Antioquia y Meta, encontrando una alta presencia de trematodo hepático y paramphistómidos. Según el experto, en todas las áreas estudiadas se dan las condiciones edafoclimáticas adecuadas para el desarrollo de la fase externa de los trematodos, por lo cual se encontraron estos elevados resultados. El estudio también encontró que los predios no realizaban análisis coprológicos rutinarios ni administraban antiparasitarios correctamente. Además, hay mayor conocimiento de la fasciolosis que de la paramphistomidosis. (Reportaje: Parásitos del ganado: ¿hasta cuándo?) El representante de AGV Salud Animal señaló que esto ha cambiado y se ha empezado a profundizar en el estudio de ambas enfermedades, pues debido a condiciones como el cambio climático, transporte de los bovinos y las modificaciones en las explotaciones, los parásitos han migrado a otras zonas. Para evitar las complicaciones por estas patologías, Correa evidenció la importancia de controlar las poblaciones de los huéspedes intermediarios de los gusanos, cambiando prácticas culturales dentro de las mismas explotaciones. “Se deben hacer encerramientos de zonas húmedas, porque hay que tener en cuenta que estas familias de moluscos crecen en estos sitios. La prevención va enfocada al manejo del control biológico”, puntualizó. (Lea: Desarrollan una cura para la fascioliasis bovina y ovina) En cuanto al tratamiento, se pueden emplear Avermectinas + Salicilanilidas + Bencimidazol, o con Bencimidazol solo, durante la fase de secado, dosificados según el peso u otros criterios se relacionaron con una mayor seroprevalencia de anticuerpos frente al trematodo gástrico.