La dificultad en los partos es uno de los padecimientos de los animales, especialmente de las vacas, que en muchas ocasiones lo hacen por sí mismas, pero en otras necesitan de la ayuda de los seres humanos. Conozca el proceso de parto del animal y los momentos en que necesita asistencia.
La Revista Fisona Española en una de sus investigaciones explica que la selección natural en la especie humana encaminó a unas crías con un gran desarrollo de la cabeza y al mismo tiempo, debido a su posición erguida, a un cambio en la posición y tamaño de la pelvis, incrementando la incidencia de partos con complejidad.
Para el caso de las vacas, la selección natural hizo una búsqueda de animales más grandes y precoces para una mayor producción de carne y leche, lo que ha llevado a que un alto porcentaje de partos deban ser atendidos por profesionales.
En el proceso del parto, muchos son los factores que se deben cuidar debido a que pueden afectar la vida del animal y de la cría, su aparato reproductor, y en general, su desarrollo productivo. Es por esta razón que el médico veterinario y obstetra debe hacer un análisis de la condición del parto y decidir si puede ser atendido o se puede presentar con normalidad para el animal. (Lea: Siga estas 3 recomendaciones antes del parto de la vaca)
Durante el proceso, cualquier mínimo error podrá afectar, a veces de por vida, la existencia de la madre o del hijo. Las lesiones en el aparato genital de a madre pueden dejarla estéril o con graves molestias de por vida.
Es por esta razón que hay que tener en cuenta que la no actuación, el trabajo tardío o insuficiente, así como las acciones prematuras o excesivas pueden ser malas prácticas y conllevar riesgos para la vaca o para la cría.
¿Qué pasa con las vacas durante este tiempo de parto?
En la investigación realizada por el mencionado medio se expresa que la atención muy temprana aumentará los problemas de la madre, ya que la falta de dilatación, especialmente del cuello del útero, incrementará la probabilidad de sufrir desgarros.
En contraste con esto, se encuentra la atención tardía que aumentará el riesgo de problemas metabólicos en la madre y la mortalidad del ternero. Además, un exceso de celo es peor que una atención escasa ya que el primero afectará a muchos animales y el segundo solo a los que realmente presentan dificultades en el parto. (Lea: Recomendaciones cuando se presenta el retraso del parto en una vaca)
César Jiménez, médico veterinario y zootecnista especialista en sanidad animal, explica que “para el manejo de la vaca gestante hay algunas recomendaciones que se hacen. Como primera medida las vacas que estén próximas al parto deben estar en un lugar cerca de la vivienda de la finca y estar muy atentos a lo que pase con ellas”, esto debe realizarse unos 20 o 15 días antes del parto del animal.
El profesional asegura que es importante que el potrero donde estará temporalmente la vaca no sea el de enfermería, porque muchas veces se tienen estos espacios para tratar a los animales con alguna enfermedad. Ese lugar no debe ser el de las vacas al parto debido a que hay muchas infecciones que pueden afectar el sistema inmune del animal gestante y a su cría.
“Hay que tener a las vacas en lugares tranquilos, ojalá y sea alejados de otros animales que puedan molestarlas y que permitan su vigilancia permanente. Cuando se tiene claro la proximidad del parto hay que estar muy atentos día y noche”, menciona el experto.
Fases del parto
Es clave tener claro que el día anterior al parto la vaca está inquieta, se mueve más, está menos tiempo echada, come y rumia menos, y todo esto se ve manifestando más según se acerca el momento del parto. La temperatura rectal baja de tres a cinco décimas.
Además, durante este día los ligamentos se relajan y se ve sobre todo en la flacidez de la cola y en el hundimiento de los ligamentos sacroisquiáticos, que se puede analizar por medio de la palpación. En la parte posterior de los muslos se puede observar un moco denso amarillento y la ubre puede gotear calostro.
Posterior a esto comenzará el parto con la fase de dilatación que es el momento en que se presentan las contracciones uterinas, razón por la que la vaca se mostrará aún más nerviosa y se va dilatando el cuello del útero, terminando este proceso con la aparición de las bolsas fetales por la vulva. Esta fase puede durar desde media hora hasta doce horas, pero lo normal es de una a seis.
Una señal muy interesante en todo el proceso es que la vaca levanta la cola una o dos horas antes del parto y unas cuatro horas en el caso de las novillas, siendo estas últimas las que presentan mejores signos del parto.
Luego viene la fase de expulsión que termina con la salida del ternero. Este proceso tiene una duración de dos horas en la vaca y de unas a cuatro en las novillas. Con la tercera fase, de expulsión de la placenta, el parto finaliza.
Uno de los puntos a resaltar es que la fase primera del parto no puede ser comprobada por sí mismo, salvo que se realice una exploración vaginal. Durante este periodo se debe vigilar al animal cada tres horas y comprobar que su comportamiento vaya acorde a lo mencionado, especialmente cuando hace el levantamiento de la cola.
En la investigación se señala que hay que hacer una explotación de la vagina en preparto, teniendo en cuenta la caída, secreción vaginal de sangre o restos de placenta, los cólicos y avances del parto, pues si dura más de cuatro horas levantando el rabo, sin avances y sin contracciones la situación se puede complicar para el animal.
Un dato muy importante es la aparición al exterior de las bolsas fetales que señala el fin de la fase primera y el inicio de la fase de expulsión. A partir de este momento la vigilancia deberá realizarse cada quince o treinta minutos máximos y se debe comprobar que el parto avance como debe ser.
En esta fase se debe atender inmediatamente a las vacas en las que se observe sufrimiento fetal como la lengua hinchada afuera de la boca, la cabeza hinchada o el ternero teñido de meconio amarillo, así como a los animales que una vez se asomen las bolsas no haya parido después de treinta minutos o una hora en las novillas.
¿Cuándo asistir el parto?
Cuando el parto ha comenzado normalmente el ternero debe venir en buena posición debido a que “la vaca debe parir por sí sola. Lo ideal es que sea un parto normal y que no tengamos que hacer mucho por ella pero hay que estar atentos. Un parto normal puede durar entre 30 y 35 minutos, aunque cuando hay complicaciones puede pasar hasta seis horas”, expone Jiménez. (Lea: 7 estrategias para asistir el parto de una vaca)
Un punto clave menciona que el académico es que una vez comenzado los signos del proceso de parto del animal, se debe evaluar el tiempo y una vez transcurrido un periodo importante, es fundamental que las personas expertas en el predio intervengan.
“Hay que ver si el ternero está en buena posición, de lo contrario habría que asistirla. En este caso hay que desinfectarse bien las manos y si hay mangas de palpación, mucho mejor. Además hay que determinar la posición en la que viene el ternero y sí es el caso, hacer movimientos muy juiciosos para que la cría mejore la posición y pueda salir fácilmente o de lo contrario toca ayudarla a sacar”, describe Jiménez.
¿Qué pasa luego del parto?
“Una vez que la vaca parió, se puede observar el comportamiento de la madre con su hijo. La idea es que permita que pueda mamar sin problema, así como dejar que la vaca lama a la cría porque activan la circulación y estimulan a que el ternero se levante y mame”, menciona Jiménez.
Ese contacto entre madre y cría genera que la oxitocina permita que la bajada del calostro se presente de una manera más fácil. Además, esta hormona también ayuda a que la placenta sea expulsada de forma más rápida.
“Lo ideal es que una vaca expulse su placenta las primeras dos o hasta doce horas por mucho, si luego de esto no cambia, se puede pensar que está retenida, por lo cual lo más recomendable es aplicarle una oxitocina inyectable porque no tendrá riesgo a que se vaya a lesionar la placenta si viene adherida al útero”, señala Jiménez.
En cuanto a la cría, hay que asegurar que beba calostro porque es el líquido más importante de su vida ya que le genera defensas, inmunidad y ayuda al animal a desarrollarse de una forma óptima.
“Hablando de la salud de la vaca, si esta muestra debilidad o que el parto haya sido difícil, se puede ayudar con un calcio inyectable que favorecerá la contracción muscular y así ella va a estar en mejor condición, la leche va a salir mejor y podrá expulsar su placenta normalmente”, expresa Jiménez.
Casos especiales
Finalmente, “como última recomendación lo ideal es que se tenga un poco más de cuidado en las hembras que son inseminadas, pues depende el tipo de semen o de raza con la que se haga, porque pueden existir casos de vacas no muy grandes inseminadas con un toro de gran tamaño, lo cual dificultaría el parto, especialmente en novillas de primer o segundo parto porque puede tener algún riesgo”.