Este producto, relativamente nuevo en el país, contribuye a mejorar características del suelo como la acidez y la capacidad de intercambio catiónico, mejorando la disposición de elementos esenciales para las plantas.   Luis Antonio Cuadros Moreno, experto en nutrición bovina, explicó que la cal líquida sorprende por sus propiedades para corregir la acidez de los suelos y sobre todo para aumentar la capacidad de intercambio catiónico, CIC.   “Al subir la CIC, lo que hace que queden disponibles todos los cationes y los microminerales. También ofrece ventajas en el transporte y en la aplicación”, indicó. (Lea: La importancia de conocer la capacidad de intercambio catiónico del suelo)   La cal líquida es un líquido viscoso, de color blanco e inodoro, es soluble en agua y tiene un pH de 9,3 en una solución al 10%, así como una alta composición en calcio y magnesio.   Como lo aseguró Cuadros Moreno, la CIC es muy elevada, llegando incluso a los 1.166 miliequivalentes (mEq)/100 ml, que resulta en un aporte importante en suelos que no suministran los nutrientes adecuados.   “Ejerce una adherencia a la tierra por la carga de CIC, que se hace a nivel eléctrico”, aclaró el experto. (Reportaje: Tipos de suelos y formas de tratarlos a favor de la ganadería)   La cal líquida genera una mejor reacción en el suelo, liberando nutrientes capturados por metales más pesados como el aluminio, el hierro y el manganeso, así como el fósforo.  Se emplea para todos los cultivos, incluyendo pastos y forrajes.   De igual forma, el experto reconoció las facilidades de la cal líquida en cuanto al transporte y la aplicación del producto. Esta viene en frascos, bidones o canecas que pueden llevarse en cualquier medio de transporte.   No necesita ser incorporado al suelo, porque su alta solubilidad permite que penetre una vez caen las lluvias. Se puede aplicar directamente sobre un cultivo determinado. (Lea: ¿Qué tipos de productos corrigen problemas en el suelo?)   En cuanto a la dosis, solamente bastan 10 litros por hectárea, que se disuelven en 100 L de agua. Esto constituye una gran diferencia de la cal tradicional, que requiere una tonelada. Se puede rociar con bomba de espalda, bomba estacionaria, tractor con fumigadora Spray Boom, Jacto o avioneta de fumigación.   El producto viene en frascos de litro, en galón de 4 L, en bidón de 20 y en caneca de 60. Una de las empresas que lo produce, Solforma Químicas SAS, recomienda variar la dosis dependiendo de las necesidades del suelo y la recomendación de un ingeniero agrónomo.   En general, cuando la concentración de aluminio supera los 2,2 mEq/100 g, se usan 10 litros por hectárea. Si es menor, se puede disminuir hasta 5 L. (Lea: ¿Qué son las sales aniónicas y cuándo deben suministrarse?)   La empresa también afirmó que no representa riesgos para la salud de los agricultores, pues evita quemaduras o problemas respiratorios ocasionados por la incorporación de enmiendas sólidas.