El gremio ganadero le ha solicitado al Estado que dote a las entidades sanitarias de la tecnología necesaria para que haga las mismas revisiones a las que es sometido el productor colombiano cuando exporta el lácteo a otros destinos.

En una carta enviada por el dirigente gremial, José Félix Lafaurie, al presidente, Juan Manuel Santos, el sector pecuario, solicita al Gobierno que sea más drástico con los controles que le hace a la leche que ingresa al país.

En la misiva, enviada por Lafaurie, señala que a los productores colombianos que desean exportar leche hacia otros países, son sometidos a los más exigentes controles. “El país de destino realiza previamente una evaluación sanitaria del país, así como inspecciones y auditorías en las plantas de producción para verificar que las condiciones de inocuidad se ajusten a los requisitos exigidos por el mercado de exportación”, explica el presidente ejecutivo de Fedegán. Lea acá: 'Los productores compiten injustamente con el comercio ilegal': Lafaurie

Mientras que a los productores colombianos les exigen todos estos controles, la leche que llega de Bolivia y Ecuador, por señalar dos de los países importadores de la Comunidad Andina, no es sometida a estas mismas inspecciones, situación que es muy grave, porque es la puerta de entrada a enfermedades como fiebre aftosa. (Más de 3.800 toneladas de leche en polvo ingresaron ilegalmente desde Argentina)

Para Mariano Restrepo, presidente de la Cámara Gremial de la Leche, es inadmisible que la leche que viene de países como Bolivia y Ecuador, que son países donde no se ha erradicado la fiebre aftosa, ingresen cargamentos de leche sin ningún problema al país. Lea acá: El desangre del sector lácteo

“Es increíble la cantidad de leche que llega de estos dos países con que aún no cuentan con hatos libres de la enfermedad y acá no pasa nada, pero para nosotros vender un kilo de leche por fuera, sabiendo que estamos libres e incluso certificados en el tema,  es un problema grande”, afirmó Restrepo.

Finalmente, Fedegán le pide al Gobierno que dote a las autoridades sanitarias de todos los instrumentos necesarios que permitan la previa inspección de las plantas de donde proviene la leche, para que haya igualdad de condiciones y las exigencias se equiparen a lo que deben cumplir en el exterior los productores nacionales.