El aumento de la temperatura perjudica la salud de los rumiantes. La mastitis es uno de los males que se pueden dar en fincas lecheras producto del cambio climático. El investigador Arturo Aguilar Aldrete manifestó en un artículo publicado en www.20minutos.com.mx que las altas temperaturas y la humedad pueden provocar deshidratación en el ganado bovino, sumado a caídas en la producción láctea, lo que ha condicionado a la prevalencia de la mastitis en hatos de Guadalajara, México. La afirmación resultó de una investigación hecha por académicos egresados del doctorado en Ciencias en Ecofisiología y Recursos Genéticos de la Universidad de Guadalajara, quienes justificaron que las vacas en sequía ingieren menos alimentos y buscan más agua para hidratarse, pasan más tiempo de pie para mantenerse frescas, aumentan su actividad metabólica y presentan temperaturas corporales de hasta 39 grados. Esta realidad desencadena en perjuicios en las ubres y por ende en casos de mastitis. Los costos en las fincas aumentan, según Aguilar Aldrete, porque los ganaderos han tenido que invertir en medicamentos para controlar la enfermedad. (Lea: 5 razas lecheras y sus valores en calidad y cantidad) Luis Fernando Bernal, médico veterinario y miembro del Consejo Nacional de Calidad de la Leche en Colombia, aseguró que las altas temperaturas estresan a las vacas, lo que hace que se bajan sus defensas y comiencen a producir menos leche. Estorepresenta un aumento en las concentraciones de células somáticas de leche, lo que redunda en un mayor número de casos de mastitis. Para el investigador Aguilar Aldrete, la solución a las consecuencias de la aparición de la mastitis por combinación de calor y humedad en los hatos es crear espacios de sombra para las reses. Tras realizar el estudio, recomendó a los productores generar esos espacios de confort con árboles y así evitar la aparición de la enfermedad, además de creer en las razas criollas, que son más resistentes al calor. (Lea: Crean vacuna para prevenir la mastitis en reses) Hay que “contrarrestar estos efectos al proporcionar sombras naturales como árboles, donde el ganado pueda resguardarse del calor”, expuso el investigador de la Universidad de Guadalajara. La leche con menos de 200 mil células somáticas es aquella que se produjo en condiciones adecuadas de sanidad, nutrición, manejo e higiene de la vacada.