Expertos sostienen que es un sistema económico porque permite reciclar instalaciones en desuso, genera ahorro de agua y es amigable con el medio ambiente por la mínima emisión de residuos y olores, además de proporcionar mayor confort y bienestar al animal.
Esta tecnología tuvo su origen en China y Hong Kong en los 70, en Europa se comenzó a implementar a finales de la década de los 80, y posteriormente en países tropicales como Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela.
Se puede realizar de 2 formas: instalaciones recicladas de crianza avícola, almacenes, establos o bodegas en desuso, o construir una nueva pero más económica, con materiales como madera o fibrocemento. (Lea: Pros y contras de las camas profundas en la porcicultura)
Naturalmente, la elección de materiales depende del costo, disponibilidad local y preferencia del porcicultor. Más que nada, lo importante es no descuidar la calidad sanitaria del material a utilizar y recordar que la altura de la cama debe estar entre 50 y 80 cm.
Recuerde que tampoco debe humedecerse, pues pueden presentarse procesos de fermentación que aumentarán la presencia de hongos y levaduras, acarreando problemas sanitarios para los animales. (Lea: ¿Cómo se elaboran las camas de compost para el ganado?)
Materiales
Algunos de los materiales que se pueden emplear son heno, paja de trigo, paja de avena, paja de arroz, paja de cebada, paja de soya, rastrojo de maíz, bagazo de caña, viruta de pino y otros con características similares.
- Cáscara de arroz: Tiene muy buen comportamiento siempre y cuando se arranque con la altura adecuada.
- Paja de soya: Es muy absorbente y se compacta rápidamente. Para cerdos pequeños puede resultar muy dura y punzante.
- Paja de trigo: Tiene una excelente estructura y textura absorbente, adecuada para lechones.
- Heno: Es de fácil manejo, abundante aeración y muy absorbente. Tiene un buen comportamiento y estructura para cerdos.
Otros elementos como viruta de madera, bagazo de caña y aserrín pueden servir, pero hay que tener mayor cuidado, pues si las virutas son grandes, por ejemplo, pueden causar daños cuando el animal las consuma. (Lea: Conozca otros usos que se le pueden dar a la cáscara de arroz)
Además, pueden contribuir al exceso de humedad o barro, que prolifera si la cama no está bien manejado, lo que producirá olores y gases de amoníaco que pueden generar molestia, o incluso pueden derivar en enfermedades que terminarán afectando al porcino.