Suministrar el forraje basado en la temporada climática y no en su mejor momento de nutrición, ocasiona perdida de peso en los bovinos y los hace improductivos, señala Henry Mateus Echeverría, ingeniero agrónomo. “Con respecto al esquema de ʿdiferir forrajesʾ, recomendada como la solución a la escasez de comida que viven en verano las ganaderías de Sucre y del Cesar, se debe tener en cuenta que al reservar praderas para consumirlas en las épocas críticas de comida y no en el momento de mayor nutrición, es prudente tener en cuenta que los pastos ya se encuentran en estado de lignificación”. (Lea: Diferir forraje, una opción para la baja oferta de pastos) Así lo manifestó Henry Mateus Echeverría, asesor técnico y especialista en pastos de trópico de Corpoica. Según el experto, “en ese caso no se cosecha el forraje en el periodo de máxima calidad si no en el tiempo que por clima se requiere, por lo tanto, es una alternativa de mantenimiento de los animales pero no de producción, y se puede llegar a que estos incluso, registren pérdida de peso o de producción”. Al diferir forrajes se habla de heno en pie, en el cual, el momento de cosecha no lo define la calidad si no la necesidad por falta de alimentación. En este caso la biomasa (pradera) conservada puede estar lignificada, esto es, que las paredes celulares de los tejidos de la hoja se engruesan y no es digerible o da mayor tiempo para ser digerida. (Lea: “El verano en Sucre nos tiene azotados, dijo Juan Carlos Romero) Igualmente el heno en pie al ser cosechado por el animal, incrementa su desplazamiento en la pradera buscando hojas frescas (hojas verdes) tumbando y desperdiciando biomasa. Aprovechar la Calidad Mateus indicó que “la calidad de los forrajes está determinada por factores como: suelos, factores edafoclimaticos, especie, momento de su aprovechamiento y manejo que se le den, pero que estos factores son variables de acuerdo al área geográfica donde se encuentre la explotación”. Recordó que “las especies forrajeras en el trópico tienen dos fases. La etapa vegetativa que es el tiempo que dura la pradera en recuperarse después de un corte o pastoreo, para estar en condiciones de ser nuevamente cosechadas, y esto, depende del manejo (presión de pastoreo y condiciones edafoclimaticas de la zona) y la etapa productiva (cantidad y calidad de biomasa producida)”. El forraje debe aprovecharse antes de espigar o de presentar senescencia, es decir, previo al periodo de deterioro y muerte de las células maduras o de órganos de la planta como las hojas, lo que se nota en el momento que empieza a amarillarse. Si no se cosecha en el momento óptimo pierde proteína y se incrementan los contenidos de lignina y fibra que los hace menos digeribles. Para el ingeniero, la cosecha puede realizarse en forma directa por los bovinos, o también, se guarda y entrega al animal en momentos de déficit del forraje. Esto último se puede hacer mediante el ensilaje, enolaje y henificación. (Lea: Silo de maíz para ganaderos de Bolívar, Sucre y La Guajira) En el caso de henificar, recomienda que “debe hacerse el corte en el momento de mayor calidad, luego determinar la altura de corte, deshidratar el forraje y guardarlo (en fardos, bultos o amontonado)”.