En los últimos días el ICA ha reportado algunos casos de estomatitis vesicular en cerdos, especialmente en Antioquia, por lo que desde ya se empiezan a prender las alarmas para evitar que se propague y cause graves daños en la actividad porcícola.

Como en el país no existe una campaña de vacunación contra esta enfermedad que sea obligatoria, el productor no tiene la cultura de vacunar de manera preventiva y solo acude a hacerlo cuando sabe que su vecino está afectado.

Según Claudio Alfonso Bohórquez Caicedo, médico veterinario patólogo y líder del proceso de asistencia técnica en Vecol, de acuerdo con los estudios realizados, la vacuna se puede aplicar en lechones destetados después de 21 días. Igualmente se hace con las madres y los reproductores y es una vacuna que se puede aplicar en cada ciclo de reproducción.

Cabe recordar que en esta especie se tienen tres ciclos de reproducción al año, pero se considera que es suficiente hacer la vacunación cada dos ciclos para tener los animales libres de la enfermedad.

El proceso

##

El proceso para crear una nueva vacuna es largo pero la ventaja es que Vecol produce la vacuna contra la estomatitis vesicular para bovinos desde hace varios años. Sin embargo, desde hace un tiempo los porcicultores buscaban que la empresa produjera una para este sector, y por eso hace tres años, con un laboratorio de España, se dedicó a demostrarle al ICA, por medio de estudios, que esta vacuna se podía utilizar en los porcinos y así ayudar a solucionar un problema a este sector. (Lea en CONtexto ganadero: Consejos para mejorar granja de cerdos)

Colombia es un país ubicado en la zona tropical y, en consecuencia, endémico a la enfermedad, lo que significa que es difícil encontrar animales libres de estomatitis vesicular dado que la enfermedad está continuamente, señaló Bohórquez. De ahí la importancia de encontrar un país libre de la enfermedad como España para hacer los estudios allí sin tener ninguna interferencia.

En Colombia las pruebas empezaron a realizarse hace tres años, por inquietud de Vecol y de los porcicultores que de manera conjunta le pidieron al ICA dejarles hacer el trabajo para llevar una solución a los productores.

Las dificultades y la solución

Uno de los problemas de nuestro país es que hay una gran cantidad de cerdos de traspatio, es decir, aquellos que se tienen en la finca sin mayor tecnología. La porcicultura empresarial es menor pero estos productores son concientes que se debe hacer un programa con los pequeños para controlar la enfermedad, pues al final son la puerta para la entrada de estas enfermedes.

A juicio de Bohórquez, no es suficiente con que las grandes empresas porcícolas tengan todas las medidas de bioseguridad, vacunas y programas de sanidad si no se le da una mano a los productores de traspatio para que se controle la enfermedad. (Lea en CONtexto ganadero: Bioseguridad en granjas porcinas clave para mayor producción en Colombia)

Para ello es clave el papel del ICA, para que haga tomar conciencia a los pequeños productores sobre la importancia de la vacuna y que en lo posible se establezca un programa de vacunación obligatoria como el que existe con la fiebre aftosa en gando bovino. Aunque Vecol ha tenido algunas reuniones con el ICA para ese fin, falta una mayor participación de porcicultores y ganaderos para que le pidan al Instituto este tipo de campañas.

De acuerdo con el experto, el costo de la vacuna no debería ser un problema, ya que máximo costaría $1.200 que frente al beneficio que representa. En ese sentido, la inversión sería mínima, además porque los costos que conlleva la enfermedad son altos porque tiene una gran morbilidad. En un grupo de cien porcinos es posible que el 90 % se enfermen y muchos de ellos tienen probabilidades de morir porque no pueden comer ni desplazarse.

Los síntomas que presentan los animales cuando empiezan a enfermarse es que las madres que están produciendo leche dejan de hacerlo, dejan de comer, presentan fiebre y malestar. Después de dos o tres días registran lesiones en el hocico y en la lengua, que son unas ampollas que no les deja comer porque son muy dolorosas.

En el caso de las hembras, los pezones también se ampollan y se afectan los cascos, impidiendo que puedan caminar. La enfermedad le puede llegar a tumbar los cascos, por lo que no tienen otra alternativa más que echarse. Según Bohórquez, parar un animal de estos resulta bastante costoso y no va a quedar como estaba antes.

Por eso, indicó que la mejor forma de combatir la enfermedad es vacunando y la medicina veterinaria moderna está encaminada a la prevención de las enfermedades por medio de las vacunas. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué es importante darle un buen trato a los cerdos?)

Buena producción

Gracias a la infraestructura con que cuenta Vecol, es posible producir la cantidad de vacunas que se requieran para atender toda la población porcícola de Colombia e incluso para exportar.

Vecol posee el laboratorio más moderno de toda Latinoamérica para la producción de vacunas, con una capacidad de producción de cien millones de dosis al año contra la fiebre aftosa. Desde hace más de 15 años exportan a Uruguay, y desde hace más de diez, a Ecuador.

Si la vacuna contra la estomatitis vesicular se vuelve obligatoria se tendrá que producir la cantidad necesaria para atender las necesidades del país y de los vecinos como Ecuador y Venezuela que también tienen brotes de la enfermedad.