En la ganadería, la eficiencia reproductiva es un factor crítico para mantener la productividad y rentabilidad. Según Tom Sellers, especialista en fertilidad de Cogent UK, tanto los hatos que realizan inseminación artificial durante todo el año como aquellos que lo hacen por bloques deben asegurarse de que los operadores de IA asistan a cursos de actualización regularmente. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo realizar con éxito una inseminación artificial en el hato ganadero)
Para los hatos con ciclos de parto durante todo el año, Sellers recomienda que los operadores participen en un curso de actualización al menos cada dos años. En cambio, para los hatos con ciclos de inseminación por bloques, es esencial que el curso se realice anualmente, preferiblemente de dos a tres semanas antes de comenzar el periodo de apareamiento.
Este proceso ayuda a garantizar que las técnicas de inseminación sean óptimas y se minimicen los errores que podrían comprometer la eficiencia reproductiva del hato.
El impacto de una mala técnica de inseminación artificial es mayor en los hatos con ciclos de inseminación por bloques, que dependen de mantener un patrón estricto de partos en un período de 12 semanas. Si las vacas no quedan preñadas a tiempo, el ciclo se desorganiza, afectando la producción y el flujo del negocio.
Incluso en hatos con inseminación durante todo el año, una mala técnica puede resultar en bajas tasas de concepción, lactaciones prolongadas y una mayor tasa de descarte de vacas, lo que conlleva a pérdidas económicas.
Experiencia y apoyo en la inteligencia artificial
Cambiar a IA realizada por el propio personal puede ser una decisión estratégica para ahorrar dinero o brindar mayor flexibilidad en la gestión. Sin embargo, en áreas donde no hay servicios técnicos de IA, la implementación de IA se convierte en una necesidad. (Lea en CONtexto ganadero: 5 innovaciones en inseminación artificial que los ganaderos deberían implementar)
Sellers señala que, completar un curso de pocos días de IA es solo el comienzo, la competencia se desarrolla con la práctica y es esencial realizar actualizaciones periódicas para evitar la adquisición de malos hábitos.
De hecho, Sellers compara la situación con la de un joven de 17 años que acaba de obtener su licencia de conducir, “legalmente puede conducir, pero carece de la experiencia necesaria”. A medida que los operadores ganan experiencia, pueden desarrollar malos hábitos que afectan el rendimiento de la IA.
El profesional enfatiza que la inseminación debe realizarse lo antes posible después que se hagan los cursos, para que las habilidades adquiridas se afiancen y el operador gane confianza.
La IA no solo requiere habilidad y destreza, sino que también está regulada por normativas que buscan priorizar el bienestar animal. A pesar de que la técnica no es difícil de aprender, Sellers advierte que los protocolos y estándares evolucionan con el tiempo, por lo que es fundamental estar al tanto de las actualizaciones.
Finalmente, el experto resalta que, con el tiempo, los operadores tienden a ‘hacer trampa’ y simplificar el proceso, lo que afecta los resultados. Una mala técnica de manejo del semen, falta de limpieza o errores en el protocolo de IA son las principales causas de los problemas de fertilidad.