Los bloques multinutricionales son una combinación de proteínas, minerales, vitaminas y energía que permiten una nutrición balanceada, mejorando la salud y la productividad del ganado, reflejada en más litros de leche y mayor crecimiento de los animales.
El diseño adecuado y según las necesidades no satisfechas por los pastos y forrajes, estos bloques permiten mejorar significativamente la nutrición, mediante la suplementación de las deficiencias que pueden presentar dietas basadas en forrajes de baja calidad y asegurar un suministro constante de los nutrientes esenciales.
Otro gran beneficio que ofrecen los bloques multinutricionales es su fácil uso y almacenamiento pudiendo ser administrados a libre disposición de los animales. Así mismo, ayudan a reducir los costos de alimentación especialmente en épocas de escasez de pasto.
La elaboración de bloques multinutricionales es un proceso que requiere la selección adecuada de ingredientes para asegurar un producto final equilibrado y nutritivo. (Lea en CONtexto ganadero: El secreto de los bloques multinutricionales)
Los ingredientes básicos son: la melaza, que actúa como fuente de energía y permite también aglutinar y ser fuente de cohesión en el bloque que se está realizando; la urea, como fuente de nitrógeno no proteico ayuda a la síntesis de proteínas por parte de las bacterias en el rumen; las harinas de soya o de algodón, son fuentes ricas en proteína que contribuyen al valor nutricional del bloque. También se usan sales como el fosfato de cálcico o el carbonato de sodio que son fuentes de minerales que unidas a las premezclas multivitamínicas ayudan a tener un bloque mucho más completo.
Igualmente, es necesario contar siempre con ingredientes fibrosos como el bagazo o el pasto o la caña o la cascarilla que permiten darle una consistencia al bloque y facilitan la digestión del animal al momento de consumirla.
Para mejorar la calidad y aceptación del bloque se pueden incorporar aditivos como conservantes que ayuden a prolongar la vida útil del producto, agentes antifúngicos para prevenir el crecimiento de hongos que podrían afectar la calidad del bloque, y aromas y saborizantes que mejoren la palatabilidad haciendo el bloque más atractivo para los animales.
Proceso de producción
Inicialmente se realiza la mezcla de la melaza con la urea hasta que estén bien combinadas para luego añadir la harina de soya o algodón, los minerales, las vitaminas y por último la fuente de fibra. Se deben mezclar suficientemente hasta obtener una mezcla homogénea. (Lea en CONtexto ganadero: Use los bloques multinutricionales como alternativa de alimentación bovina)
Luego viene el formado de los bloques para lo cual se coloca la mezcla en los moldes o prensa para compactar de la mejor manera y permitir la formación y manipulación del bloque.
A continuación, se deben dejar secar los bloques en bandejas de secado bajo sombra o en un área bien ventilada, pero cubierta. El secado puede tardar varios días dependiendo de la humedad y la temperatura ambiental.
Posteriormente viene el almacenamiento. Una vez estén bien secos se almacenan los bloques en un lugar fresco y seco para evitar la absorción nuevamente de humedad y el crecimiento de hongos.
Para su uso se deben colocar los bloques multinutricionales en áreas accesibles para el ganado garantizando que todos los animales puedan acceder a ellos sin dificultad. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cómo se deben utilizar los bloques nutricionales?)
Asegúrese de que siempre haya suficiente agua fresca disponible para los animales ya que la hidratación es crucial para una buena digestión de estos bloques.
Hay que observar el consumo de los bloques por parte del ganado para ajustar la cantidad ofrecida según sea necesario evitando desperdicios. El monitorear el consumo, la salud y la producción de los animales, permite evaluar la efectividad del suplemento y así realizar ajustes en la formulación o en la administración de los bloques si es necesario.
Los bloques multinutricionales son una herramienta eficaz para la nutrición de los animales, especialmente en situaciones donde el forraje disponible es de baja calidad o insuficiente, su producción y uso adecuado pueden resultar en animales más saludables, con una mayor producción de carne o leche y una reducción en los costos de alimentación.