«Los bovinos se infectan de cisticercosis al consumir alimentos o agua contaminada con huevos de taenias adultas que se encuentran parasitando el intestino delgado de los humanos», señala el estudio de investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California.
Una vez ingeridas, las larvas migran a través de la pared intestinal y se distribuyen por todo el cuerpo del animal, formando quistes en diferentes órganos y tejidos, como los músculos, el corazón y el cerebro. Estos quistes pueden ocasionar daños importantes y reducir la calidad de la carne.
La cisticercosis bovina se distribuye por todo el mundo pero es particularmente frecuente en África, los países del sur y centro de Asia, la región este del Mediterráneo, algunos países de Europa así como está ampliamente distribuida por Latinoamericana.
En el caso de los ovinos, la cisticercosis también se produce por la ingestión de alimentos o agua contaminados, pero a diferencia de los vacunos, los ovinos son considerados huéspedes intermediarios y no desarrollan la forma adulta de la tenia en su intestino.
En cambio, las larvas migran a través del cuerpo y forman quistes principalmente en los músculos. Estos quistes pueden afectar la calidad de la carne y causar pérdidas económicas en la industria ovina. (Lea: Consumo de carne de cerdo no produce gusanos en el cerebro)
Pérdidas económicas por la cisticercosis bovina
Los investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California anotaron que la cisticercosis bovina es también una causa importante de pérdidas económicas para la industria ganadera porque se retienen o se decomisan canales infectadas con cisticercos o que podrían estarlo.
«En la mayoría de los países del mundo el diagnóstico de cisticercosis se realiza en los rastros y plantas sacrificadoras a través de la inspección sanitaria post-mortem de las canales», anotaron.
Citaron estudios que revelan las siguientes tasas de prevalencia de cisticercosis bovina en distintos países: en Estados Unidos, Canadá́ y Australia varía del 0.00002 % al 0.002 %; Cuba reporta una tasa de prevalencia de 0.9%; Brasil 3.8 %; Chile 0.28 %; Colombia 0.10 %, y Alemania, de 0.48 a 1.08 %.
De otro lado, un estudio de cisticercosis en ovinos faenados en el departamento de Bolívar (Colombia) encontró que la prevalencia puntual de quistes por cisticercos en canales de ovejas fue del 39.13 % (9 canales ovinas de 23). El 78 % de los animales (7/9) presentaron un solo quiste, y el 22 % (2/9), dos quistes.
El metacéstodo identificado fue Cysticercus tenuicollis del estado larval de la Taenia hidatigena. Concluyeron que «la cisticercosis afecta el hígado de los ovinos y tiene un efecto potencialmente perjudicial sobre la productividad del rebaño». Este es el primer informe que describe en ovejas el diagnóstico post mortem de la infección por C. tenuicollis en Colombia.
Cisticercosis, problema de salud pública
Cabe destacar que la cisticercosis es una enfermedad zoonótica, lo que significa que puede transmitirse de los animales a los seres humanos que la adquieren cuando consumen carne contamina, lo que puede derivar en un problema de salud pública.
Si los seres humanos ingieren los quistes presentes en la carne cruda o poco cocida proveniente de bovinos infectados con cisticercos viables, las larvas pueden desarrollarse en adultos en el intestino humano y causar una enfermedad llamada teniasis. (Lea: Tenia, un parásito que afecta al ganado vacuno)
La prevención de la cisticercosis en bovinos y ovinos implica medidas como mejorar las prácticas de higiene en la cría y el manejo de los animales, evitar la contaminación de los alimentos y el agua con heces, así como realizar inspecciones regulares de la carne para detectar la presencia de quistes.
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