La reglamentación de las actividades relacionadas con estas sustancias, tales como producción, experimentación, aplicación, disposición final, entre otros, de desechos y residuos de plaguicidas, está enmarcada en lineamientos internacionales.
El objetivo es prevenir y minimizar los riesgos derivados del uso de los plaguicidas en materia agronómica, ambiental y sanitaria.
A continuación les presentamos algunas recomendaciones en el uso de plaguicidas y herbicidas:
Almacenamiento
Almacenar los plaguicidas en un lugar seguro, fresco y bien ventilado, bajo llave y fuera del alcance de los niños, separados de combustibles, alimentos, medicinas, ropas o utensilios domésticos.
Revisar con frecuencia las fechas de expiración y tratar de usar los productos próximos a vencerse. (Lea: Mal uso de plaguicidas en pastos genera efectos negativos en ganadería)
Almacenar los herbicidas separados de otros plaguicidas.
Selección de herbicidas
La preparación del suelo para el establecimiento de nuevos potreros debe basarse en el análisis de su calidad físico-química usando la especie forrajera apropiada con semillas de buena calidad y vigor que compitan con las arvenses.
Debe evitarse el uso de herbicidas cerca de las fuentes de agua.
Selección de plaguicidas
Las prácticas para el control y prevención de plagas y malezas tóxicas en los potreros deben tratar, en lo posible, de usar tecnologías no contaminantes.
En caso de ser necesario el uso de agroquímicos, estos deben ser productos diseñados específicamente para este propósito, en las concentraciones y especificaciones señaladas por el fabricante.
Formulación
Evitar la aplicación de productos en polvo y concentrados emulsionables, que son fácilmente absorbidos por piel y mucosas y representan un riesgo para la salud humana y animal.
Se sugiere el uso de productos líquidos, granulados, microencapsulados y cebos tóxicos para minimizar el riesgo sobre la fauna benéfica y lograr mayor selectividad. (Lea: Aprenda lo que se debe hacer con los envases vacios de agroquímicos)
Elementos de aplicación
Utilizar equipos adecuados (buen estado de dosificadores, circuito cerrado, y bolsas solubles) para minimizar el contacto de los operarios con los productos químicos y evitar contaminación dérmica, respiratoria, y ocular.
Destinar los equipos de aplicación y mezcla de plaguicidas exclusivamente para este uso.
Equipo de protección
Los operarios deben recibir capacitación sobre bioseguridad y primeros auxilios en caso de intoxicación. Deben recibir información sobre la higiene y cuidados antes, durante y después de la aplicación.
Utilizar los elementos de protección personal recomendados con la etiqueta.
No permitir que los niños apliquen o manejen plaguicidas.
Aplicación en campo
Se debe prevenir cualquier riesgo para el pastoreo del animal, o del producto final, respetando los periodos de resguardo en el uso de fertilizantes, pesticidas, herbicidas, y aguas servidas provenientes de corrales y establos.
Todos los operarios del predio deben ser capacitados sobre el riesgo de contaminación biológica, química y física que puede sufrir el producto final o bien ellos mismos.
Evitar las horas más calientes del día para hacer las aplicaciones (pues hay mayor evaporación). (Lea: Tenga en cuenta al aplicar plaguicidas químicos de uso agrícola)
No aplicar plaguicidas en condiciones meteorológicas desfavorables como altas temperaturas, vientos de más de 10 km por horas o lluvias inminentes.
Descarte del material
La disposición de envases de plaguicidas deberá realizarse en condiciones seguras que minimicen los riesgos de contaminación.
Los envases que vayan quedando vacíos deben descontaminarse, mediante un triple enjuague y luego deben ser inutilizados. No deben usarse para guardar agua potable o alimentos.
Fuente: Cartilla “Buenas prácticas ganaderas” del Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible.