Armando Sarmiento, agrónomo de la Universidad Nacional, afirma que esta clase de cultivos orgánicos se ha convertido en una alternativa alimenticia porque los valores nutricionales son muy buenos para el desarrollo general del animal.
“Con granos se puede tener un complemento a la alimentación animal y se puede solucionar un problema en las épocas críticas. Además, con estos cultivos los 365 días del año se tendrá una cantidad de provisión permanente. Por ende, los ganaderos siempre tendrán forraje para sus reses”, añadió Sarmiento. (Lea en CONtexto ganadero: Forraje verde hidropónico: alternativa orgánica para el ganado)
Según Daniel Antonio Hernández Villamizar, zootecnista, magister en producción animal y docente de la Universidad Francisco de Paula Santander, si bien no es la única opción, el forraje verde hidropónico es una alternativa de producción que se puede realizar en zonas donde la oferta de agua es limitada.
Los ganaderos que quieran lograr una buena producción de este tipo de forrajes deben tener en cuenta los siguientes pasos:
Selección de las especies de granos
Hernández Villamizar aseveró que lo primero que se debe hacer es escoger un grano que se de en la zona y que se ajuste al presupuesto. "Si estamos en clima caliente se debe optar por conseguir maíz o sorgo. Si la finca se encuentra en zonas altas, se puede trabajar con avena, trigo u otras especies. En estos cultivos se pueden producir tanto gramíneas como leguminosas", explicó.
Selección de la semilla
El zootecnista manifestó que una vez se escojan las semillas que se van a utilizar, se deben sacar aquellas que estén partidas y retirar todo tipo de mugre y tierra porque esto podría producir hongos o hacer que no se reproduzcan. (Lea en CONtexto ganadero: Productores del Cesar le apuestan a los cultivos hidropónicos)
Lavado de la semilla
Detalló que las semillas deben lavarse con una solución de hipoclorito de sodio. Normalmente se usan 10 mililitros de esta sustancia por cada litro de agua. Estas se sumergen por un periodo controlado de 30 segundos. Si se dejan por más tiempo se podría dañar o quemar el germen. Por último, se deben enjuagar muy bien con agua limpia.
Hidratación de las semillas
El también magister en producción animal aseveró que en el siguiente paso las semillas es colocarlas en unos recipientes para que pasen por un periodo de remojo durante un lapso de 24 horas con el objetivo de que se llenen de agua.
Luego de ese tiempo, se retiran, se dejan en reposo, puede ser en sacos, para que pueda salir el agua sobrante, entrar aire y la semilla logre respirar. De esta manera empezará el proceso de germinación, el cual tiene una duración de 48 horas.
Siembra en las bandejas
Las bandejas donde están los cultivos son de 60 x 80 centímetros, especiales para forraje verde. Normalmente se les aplican 2 kilos de semilla de maíz y en un lapso de 8 a 10 días se obtienen cerca de 10 y 14 kilos de alimento. El tiempo de cosecha depende de la cantidad de radiación con la que se cuente en esos días. (Lea en CONtexto ganadero: Cultivo hidropónico y organopónico: comida del jardín a su mesa)
Riego
En cuanto a este aspecto, el experto mencionó que se realiza con unos nebulizadores, en donde hay una motobomba. Señaló que cada aspersión se deja por 2 minutos y se realizan entre 4 y 6 al día, dependiendo de la incidencia del sol.
De acuerdo con Hernández, la razón por la cual no se utiliza ningún tipo de fertilizante es porque en trabajos anteriores se dio cuenta que con un gramo de urea o de 3 en 1 se alcanza a quemar el forraje, entonces se tomó la decisión de utilizar solo agua.
Cosecha
Mencionó que los nutrientes que tienen las semillas son suficientes para el desarrollo del forraje y este alcance entre los 20 y 30 centímetros de alto.
El valor nutritivo de este cultivo puede ser entre el 17.5 % y el 20 % de proteína, la digestibilidad del alimento es supremamente alta, está entre 92 % y 93 % y la palatabilidad es de 100 %, pues lo animales se comen tanto hojas, como raíces y hasta los granos que no alcanzaron a nacer.
Los expertos recomendaron que una vez esté listo el forraje que se forma cuando el cultivo está apto para dárselo a los animales, no se les entregue el colchón o la alfombra, sino que se pase por un picapasto o que se desmenuce con las manos para que las reses puedan comer bocados y no se desperdicie nada. (Lea en CONtexto ganadero: La innovación, común denominador del sector agropecuario en el mundo)