El estrés calórico en las vacas reduce su capacidad de reproducción, problema que se refleja en la baja producción de leche. Evitar este síntoma es posible en todas las regiones del país con buenas prácticas ganaderas.
El estrés calórico se convirtió en tema de moda en la ganadería mundial. En Colombia se ha comenzado a hablar del término que hace referencia al periodo en el cual se presenta malestar al esforzar el cuerpo a mantener una temperatura interna promedio, ni mucho frío, ni mucho calor.
Las vacas, al encontrarse en periodos constantes de producción de leche usan más energía y son propensas a padecer estrés calórico. (Lea: Los 90 días vitales para la ganadería de leche)
Ante eso, CONtexto ganadero le muestra las 7 acciones a aplicar en su hato para evitar esta sensación.
Medición de ITH
Felipe Aristizábal, representante de Elanco para el Eje Cafetero y Valle del Cauca, informó que el estrés calórico no solo hace referencia a la temperatura. También a la relación de esta con la humedad, que se evalúa mediante el sistema: Índice Temperatura Humedad, ITH.
La medición se hace con una tabla en la que el ganadero analiza el clima y la humedad de la región donde se encuentren sus animales.
“Si tengo alta temperatura pero poca humedad, el estrés no importa”, dijo Aristizábal al explicar que todo depende de la medición que se haga en cada zona.
Guillermo Velásquez, médico veterinario e investigador Phd del Centro de Reproducción Integral de Cría de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica La Libertad, en Villavicencio, señaló que el ambiente climático en el país se ha comenzado a estudiar para mitigar los efectos en producción y reproducción de las razas criollas y cebú.
Regiones con más riesgo
Leonardo De Las Salas, coordinador de la Unidad Regional Ganadera, URDG, de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, señaló que en Córdoba, región en la que se encuentra, los animales deberían estar en un índice de humedad de 70 y a una temperatura de 27 grados centígrados y se someten a 80 y 29, respectivamente.
“Nuestros animales gastan mucha energía tratando de adaptar la termorregulación. Este es un factor negativo porque cuando los animales gastan energía disminuyen el consumo de alimento, bajan de peso, demoran en desarrollarse y reducen la reproducción”, enfatizó De Las Salas. (Lea: Los efectos del estrés calórico en la reproducción de vacas y toros)
En las zonas del país con temperaturas elevadas y húmedas hay más riesgo de que los animales sufran cambios de estrés calórico, según Aristizábal, la elección de genética bovina de fácil adaptabilidad al trópico es una medida para evitar los riesgos.
Elección de razas criollas y cebú
Se ha comprobado que ciertas razas tienen más resistencia a cambios climáticos.
“Dentro de las medidas para abatir el estrés calórico está la genética. Las razas criollas y las de tipo bos indicus son más usadas”, reseñó el representante de Elanco en la zona cafetera colombiana.
El médico veterinario e investigador Phd de Corpoica afirmó que el tipo de respiración de las razas criollas ha influido en su adaptabilidad climática. En el Centro de La Libertad de la entidad han evaluado algunas razas y como resultado se ha concluido que la sanmartinero tiene un frecuencia respiratoria alta pero superficial y las cebú transpira más por la piel, lo que permite que expulse menos CO2 y se reduzca la posibilidad de padecer estrés calórico.
José Antonio Velásquez, director ejecutivo de Asociación Nacional de Criadores de Razas Criollas y Colombianas, Asocriollo, explicó que las razas criollas tienen más glándulas sudoríparas y de mayor tamaño distribuidas en el cuerpo.
De esta forma sudan de manera apropiada para regular su temperatura. “Igualmente los bovinos criollos y colombianos tienen pelo corto, brillante y liso, lo que permite que la cantidad de radiación solar absorbida sea menor”, dijo el director de Asocriollo.
Nutrición
Durante el pastoreo las vacas aumentan su temperatura. Proporcionarles un suplemento que aporte energía pero que disminuya la generación de calor es una estrategia que Aristizábal considera pertinente en la ganadería colombiana.
“La grasa sobre pasante es un ácido en polvo que aporta energía. Es un suplemento que no sufre fermentación en el rumen porque es mejor absorbido y no permite que haya calor”, explicó el experto. (Lea: Las 7 prácticas que harían desaparecer la ganadería)
Inversión en ventilación
El representante de Elanco para el Eje Cafetero y Valle del Cauca dijo que la inversión que haga el ganadero en bienestar animal se reflejará en el auge de la producción. Destinar recursos a la compra de ventiladores y aspersores para los bovinos es una práctica que toma fuerza en las zonas con índices de humedad y calor que alteran el confort ganadero.
Hidratación y corte de pelo
Aristizábal señaló que los animales que padecen estrés calórico tienden a estirar la cabeza, abrir la boca y agitar la respiración. Adicionalmente, consumen agua en gran proporción, por lo que siempre deberían tener suministro del líquido.
También se opta por cortar los pelajes largos de las reses durante época de altas temperaturas y humedad. (Lea: Estrés calórico en bovinos)
Uso de silvopastoriles
Varios estudios han comprobado que los sistemas arbóreos disminuyen entre 2 y 5 grados la temperatura ambiente, así lo afirmaron Leonardo De la Salas y Felipe Aristizábal.
“Los árboles dan sombra, son alimento y barrera rompe vientos. La implementación en los sistemas se convierte en una protección de la ganadería”, recalcó De Las Salas.
“Los silvopastoriles en campo abierto” ayudan a bajar la temperatura, manifestó Aristizábal.
Cada una de las 7 acciones para evitar el estrés calórico en las vacas contribuye con el bienestar de los animales que, si se encuentran en ambientes amenos, producen más y mejor leche.