El modelo de ciclo corto en la ganadería es una estrategia efectiva para mejorar la productividad y rentabilidad en la cría de ganado bovino. Este enfoque se centra en acortar los intervalos entre los ciclos de reproducción y producción, optimizando así el uso de recursos y maximizando la eficiencia del sistema de producción.
De acuerdo con una entrevista ofrecida por Jaime Torres, criador de la raza nelore conocida por su adaptabilidad y resistencia, estas son las ventajas que ofrece el modelo de ciclo corto:
1. Incremento en la tasa de reproducción:
“Acortar los intervalos entre los ciclos de reproducción, puede aumentar la frecuencia de partos por vaca a lo largo de su vida productiva”, asegura Torres, quien precisa que esto se traduce en una mayor cantidad de crías producidas por hembra durante su vida útil, lo que incrementa la eficiencia reproductiva del rebaño.
2. Mayor eficiencia en el uso de recursos:
La reducción del tiempo entre ciclos permite una mejor utilización de los recursos disponibles, como alimento y espacio. Al incrementar la producción por unidad de tiempo, “se puede hacer un mejor uso del alimento, del paso, un mayor aprovechamiento de las pasturas”.
3. Mejora en la calidad genética:
Al favorecer una mayor selección de los mejores reproductores en cada generación en un intervalo de tiempo más corto, el modelo de ciclo corto contribuye a una mejora más rápida en la calidad genética del rebaño.
“Esto puede traducirse en animales con características deseables como mejor desempeño productivo, resistencia a enfermedades y adaptabilidad a diferentes condiciones ambientales” asegura el ganadero.
4. Reducción de riesgos sanitarios:
Torres señala que al disminuir el tiempo entre partos, se pueden identificar y abordar rápidamente problemas de salud reproductiva, como infertilidad o enfermedades reproductivas. Además, al mantener un flujo constante de animales en el sistema de producción, se reduce el riesgo de acumulación de enfermedades y se facilita el control sanitario del rebaño.
5. Incremento en la rentabilidad:
La combinación de una mayor tasa de reproducción, una mejor utilización de recursos y una mejora en la calidad genética conduce a un aumento en la rentabilidad del negocio ganadero, señala el ganadero. Los costos fijos se distribuyen entre un mayor número de crías producidas, lo que incrementa el margen de beneficio por animal y por ciclo de producción.
6. Adaptación a las demandas del mercado:
En un mercado ganadero cada vez más competitivo y demandante, la capacidad de responder rápidamente a las fluctuaciones en la demanda y los precios es fundamental. “El modelo de ciclo corto permite una mayor flexibilidad en la gestión del ganado” explica, lo que facilita la adaptación a las condiciones del mercado y a las preferencias del consumidor.