A pesar de que cada vez más productores conocen la importancia e implementan buenas prácticas ganaderas, aún hay muchos que continúan desarrollando la actividad de manera tradicional y poco amigable con el medio ambiente. Por esta razón es necesario seguir insistiendo en el tema, compartiendo información y brindando argumentos sobre por qué los ganaderos deben desaprender algunas prácticas para lograr ser más eficientes y productivos. Tala de árboles Antes estaba bien visto talar árboles y despejar los potreros para la cría del ganado. Hoy en día los productores entienden los grandes beneficios de proteger e incluso sembrar árboles en la finca. (Lea: Ganadería no produce el 20 % de gases contaminantes en Colombia) Los árboles no solo benefician a los humanos, sino a las plantas y a los animales. Transforman el CO2 en O2 y también ayudan a controlar el clima del planeta y las precipitaciones. En la ganadería, ofrecen grandes aportes como sombra, alimento a los rumiantes, bienestar y estabilidad al suelo y ecosistema. Uso indiscriminado de químicos Es común ver casos de ganaderos que mientras vierten productos que matan plagas en pastos conservan a los animales en el potrero sin prevenir los efectos del químico en la salud del animal y en la producción de leche y carne. Por otro lado, el exceso de una aplicación de fertilizantes en una pradera afecta la rentabilidad de la ganadería, aumenta la contaminación ambiental y puede en un momento dado generar desbalances en los animales que la consume. (Crónica: La finca ganadera que contribuye a la conservación de los páramos) Dependencia a los alimentos balanceados Aunque el uso de complementos y suplementos son de gran ayuda en materia de alimentación, su solo consumo no logra resolver el problema de producción, ni reemplaza al pasto en materia de nutrición bovina. La base de la alimentación bovina siempre deben ser pastos y los forrajes con los que se cuentan en la finca. Expertos consideran que es un error que los ganaderos quieran mejorar su eficiencia en materia de leche o carne con la utilización de complementos nutricionales. Uno, porque puede ser muy costoso y dos, porque depende del tipo de suplemento que se le esté brindando al animal. Maltrato animal Los golpes y los gritos son técnicas erróneas que han sido utilizadas por muchos años en el manejo de los bovinos. Estas generan estrés y por ende reducción en la producción, de allí la importancia de evitar estas prácticas y conocer mejor el comportamiento animal. (Lea: Sistemas silvopastoriles ayudan a conservación del agua) Existen diferentes aspectos que afectan la conducta de los semovientes, el uso de perros para arrearlos, gritarlos, torcerles la cola o azotarlos con látigos o varas son algunos de ellos. Las consecuencias del maltrato resultan evidentes y se pueden llegar a convertir en grandes pérdidas económicas. Un ejemplo de ello es que los hematomas y las contusiones disminuyen la calidad de la carne. Mal uso de los recursos naturales En Colombia se deben aplicar principalmente 2 actividades para la conservación de los suelos: mantener a toda costa las coberturas vegetales y un elevado porcentaje de materia orgánica. A la ganadería se le ha atribuido gran parte del impacto ambiental en las fuentes hídricas, sin reconocer los esfuerzos que han hecho los productores y los expertos para tratar de mitigar las afectaciones. (Lea: Con ganadería sostenible se puede contribuir a la conservación del agua) No necesariamente conservar el agua es no tocar nada, sino más bien hacer un manejo racional de las zonas que se deben proteger, como humedales y páramos. Por eso, se deben tener en cuenta restricciones en sectores como estos, que no deberían explotar.