El cordón umbilical de un ternero recién nacido es el conducto residual que va de la sangre de la madre al ternero. Durante el parto, este sufre un estiramiento que provoca su ruptura, por lo que los aportes de sangre materna dejan de llegar y el animal tendrá que alimentarse solo.
Inmediatamente nacido, la parte externa del cordón comienza, como cualquier otro tejido, a sufrir un proceso de cicatrización que lo lleva a reducirse y secarse. Este proceso natural se desarrolla de manera normal cuando los terneros nacen en potreros amplios, con abundante pasto fresco, sin exceso de humedad y con escasa compañía de otras vacas. (Lea: Inflamación de ombligos en terneros puede generar 4 enfermedades)
Si por el contrario, el área en la que nace el animal no está limpia ni seca, es muy probable que el cordón quede expuesto a agentes patógenos como se explica en el portal Datosagropecuarios
Patologías de origen umbilical
Onfalitis
Inflamación extra abdominal del cordón umbilical, la cual se acompaña de aumento de volumen y dolor a la palpación. Usualmente, la infección es originada por gérmenes piogénicos provenientes de la cama de los animales, que mantienen húmedo el cordón umbilical en la cual drena pus a través de un trayecto fistulosos.
En algunos terneros el ombligo está cerrado, por lo que el ternero puede padecer toxemia aguda que se acompaña de fiebre depresión y apetito reducido.
Onfaloflebitis
Inflamación del cordón umbilical que se extiende desde su porción extra abdominal de la vena umbilical y sigue su trayecto cráneo dorsal intra-abdominal. La infección suele formar abscesos en el recorrido, los cuales son palpables porque aumentan su volumen, acompañados de dolor y calor. En su incursión el germen invasor puede alcanzar incluso el hígado.
Onfaloarteritis
La inflamación del ombligo que involucra los vasos arteriales en su trayecto dorso caudal. Las infecciones de los vasos arteriales suelen ser unilaterales, originando un absceso ubicado en la región caudo-dorsal del abdomen, que puede generar extensas adherencias peritoneales con órganos vacíos, especialmente con el uraco.
La infección puede abarcar las arterias iliacas o la aorta abdominal, las cuales se obstruyen por trombos que impiden la irrigación del miembro posterior, ocasionando necrosis de los dedos. (Lea: Los riesgos de no curar el ombligo en terneros recién nacidos)
Onfalouraquitis
Es una inflamación del ombligo que se expande en forma ascendente a través del uraco. La infección puede dar origen a abscesos en el trayecto dorso-causal de este vestigio que pueden ser palpables, especialmente aquellos que se encuentran cerca de la cicatriz umbilical.
Uracocistitis
Algunos de los abscesos localizados en el uraco, pueden alcanzar el polo de la vejiga, acompañándose de inflamación colateral. En algunos casos la infección impide el cierre del uraco, convirtiéndose este en una fistula umbilical purulenta o el uraco puede quedar abierto, situación que genera que la infección se extienda hasta la vejiga. Si la orina no es evacuada del uraco se formarán quistes.