El primer parto de una novilla es el momento más esperado por el ganadero, en una producción de leche o de cría. Para evitar complicaciones, le presentamos algunas recomendaciones a tener en cuenta en los días previos y después del alumbramiento. César Augusto Gómez Velásquez, médico veterinario y magíster en Ciencias Veterinarias, indicó que los cuidados dependen del tipo de ganadería y de raza bovina. Por ejemplo, en el caso de las vacas para producción de leche, el cuidado más importante radica en su alimentación. “Cuando van a dar una lactancia por primera vez, entrarán en celo por una segunda ocasión para quedar preñadas nuevamente, pero debido a la exigencia de la lactancia, van a sufrir de un balance energético negativo mucho más fuerte”, afirmó. (Columna: ¡El parto de las primíparas!) Así pues, el productor debe procurar que de 20 a 30 días antes del parto, la vaca reciba una dieta especial para compensar la falta de energía, que se conocen como dietas de transición. Estas aportan nutrientes para preparar el metabolismo del animal al alumbramiento, así como también para continuar con sus picos de lactancia y reducir los días abiertos. Generalmente, la vaca primeriza está mudando dientes, por lo cual se debe prestar especial atención a los alimentos que consume el rumiante para evitar que los ingiera sin masticarlos, evitando que sean aprovechados por el rumen. “Desde el punto de vista sanitario, hay que estar pendientes al momento del parto, si hay que ayudarla, cuánto demoran expulsando la placenta, entre otros, para que no tengan ninguna infección uterina”, dijo. (Lea: Tenga en cuenta las siguientes medidas previas al parto) A nivel etológico, las novillas primíparas en producciones de leche deben ser entrenadas para habituarse a la rutina de ordeño, como ingresar a la sala, para que no tengan nervios. Este entrenamiento es fundamental, para evitar el estrés y bajas en la producción como consecuencia. En cuanto a las ganaderías de cría, Gómez precisó que estas novillas son más fáciles de manejar en comparación con las primerizas de lecherías porque las exigencias en producción láctea son menores. (Lea: 3 razones para que disminuya la producción en vacas de primer parto) “La recomendación que yo haría es que se mantengan en el mismo lote, en el mismo grupo etario, es decir, vacas de características similares que estén recién paridas de primer parto. En otro lote, se ponen las de segundo y tercer parto en adelante”, añadió el experto. Además, recalcó que se debe acostumbrar a los bovinos al corral, pues los ganaderos cometen el error de encerrarlas únicamente durante los ciclos de vacunación, lo que genera mayor estrés en el animal cuando no está habituado al confinamiento. “En ganaderías de cría, hay que tener cuidado con el manejo, que los animales entiendan que deben ir al corral, porque en muchas fincas el manejo en corral lo hacen cada 6 meses, entonces es preferible que ellos se acostumbren a ser manipulados, a que haya operarios al lado de ellos, y así se reducen las condiciones estresantes”, concluyó.