¿Qué dicen los índices reproductivos en una ganadería, más allá de las metas tradicionales?
PorCONtexto ganadero-29 de Octubre 2024
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Por - 23 de Junio 2016
Son muchos los males que pueden provocar daños en la piel de los animales, pero solo unas cuantas atacan específicamente la piel y causan lesiones tan evidentes. CONtexto ganadero hace un recuento de 4 de estas graves enfermedades.
Son muchos los males que pueden provocar daños en la piel de los animales, pero solo unas cuantas atacan específicamente la piel y causan lesiones tan evidentes. CONtexto ganadero hace un recuento de 4 de estas graves enfermedades. Las afecciones de la piel pueden ser dolorosas e irritantes para el ganado. Ocurren con frecuencia en épocas húmedas y frías. Si no se tratan a tiempo, pueden expandirse a todo el rebaño. Dermatofitosis bovina También conocida como tricofitosis bovina, esta enfermedad es producida por dermatofitos (hongos) que afectan la piel, los pelos y los tegumentos cornificados. Se caracteriza por provocar lesiones que se presentan como placas circulares, secas y de colores blancos, en la cabeza, el cuello, los miembros o la región escrotal. Los dermatofitos necesitan del contacto directo para la transmisión de la enfermedad. Cuando las barreras superficiales, como la flora microbiana o el pH de la piel, están alteradas por factores estresantes como un alta carga animal, el destete, el clima o las carencias nutricionales, se desarrolla la colonización del hongo. (Galería: Así es el curtido de la piel de bovino) Para tratarla, se debe aislar a los bovinos enfermos y desinfectar los materiales con formol o yodo para evitar la transmisión a los ejemplares sanos. Se debe aplicar un medicamento anti-hongos, por ejemplo yodopovidona al 5 %, mojando todo el animal, o yoduro de sodio por vía endovenosa. Besnoitiosis bovina La besnoitiosis bovina es una enfermedad parasitaria de origen africano que ha proliferado en Europa, en países como Alemania, España, Italia y Suiza. “Esta es una enfermedad de distribución mundial y muy difícil de diferenciar de la sarcocystis. En cualquier momento se puede presentar”, aseguró Efraín Benavides, docente asociado de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de La Salle. También conocida como elefantiasis o piel de elefante, comienza con edemas que se van extendiendo a las zonas ventrales del cuerpo y las extremidades. Puede causar engrosamiento cutáneo, haciendo que la piel se ponga dura y tensa, y alopecia en cuello y zona facial. El agente que lo causa es el Besnoitia besnoiti. En la fase aguda del proceso suele pasar inadvertida, pero en la fase crónica los síntomas son más visibles. La ubre suele verse afectada con engrosamiento y con la aparición de costras en los pezones. En los machos, los testículos suelen verse afectados, inicialmente aparecen tumefactos y luego con costras y endurecimiento. “La besnoitia es una coccidia tisular que en carnívoros es el huésped definitivo y en rumiantes es el huésped intermediario, igual que la toxoplasmosis”, añadió Benavides. (Lea: Piel de bovinos, clave para adaptarse al clima colombiano) Aunque aún no se ha probado la eficacia de algún fármaco para un tratamiento específico de la besnoitia en su fase crónica, se recomienda aplicar antibióticos para tratar infecciones y suplementación de vitaminas y minerales. Eczema facial Es causado por la ingestión de una micotoxina (elementos tóxicos elaborados por hongos), llamada esporidesmina, producida por el hongo Pithomyces. Este se encuentra difundido en la mayoría de zonas de clima templado del mundo y su presencia se multiplica cuando hay lluvias luego del verano. La morbilidad entre bovinos varía entre el 5 % y el 6 0%, y el nivel de mortalidad puede llegar hasta el 90 %. Se presentan lesiones cutáneas restringidas a las zonas no pigmentadas de la piel y expuestas al sol, como el dorso y disminuye hacia el vientre. (Lea: Nuches en bovinos, un mal que afecta la productividad) La separación entre la zona afectada y la piel sana se observa claramente. Se puede evidenciar el enrojecimiento y exudación serosa de zonas inflamadas, unos 10 o 20 días después de la primera exposición a la pastura tóxica. Este daño va acompañado de problemas en el hígado y fotosensibilización. Es así como se generan lesiones ulcerativas en la lengua, debido a que los animales la exponen a los rayos solares al lamerse las áreas afectadas. De igual manera, los ejemplares afectados buscan protegerse del sol y están débiles e inquietos, generalmente con el apetito deprimido, aunque muchos pueden pastorear en días nublados y luego de caer la noche. Para prevenir esta enfermedad, se debe hacer un manejo adecuado y evitar el sobrepastoreo para que los bovinos no consuman el estrato inferior del pasto. De otro lado, es posible suministrar pequeñas dosis de zinc, teniendo cuidado porque puede llegar a ser tóxico. Ergotismo bovino Es una enfermedad causada por otra micotoxina, del hongo Clavicep purpurea. Los bovinos lo adquieren cuando consumen vegetales contaminados con este hongo, sobre todo plantas de granos como la avena, la cebada y el trigo. Existen 2 tipos: nervioso y gangrenoso. Este último es el más frecuente en bovinos y corresponde a la forma crónica de la afección. Para que se presente, el ganado debe consumir el alimento contaminado durante días o semanas. (Reportaje: Tono de piel influye en precio de venta del ganado bovino) El problema aparece cuando se dañan los endoteliocitos (células que tapizan el interior del corazón y otras cavidades), lo que deriva en la aparición de gangrena seca en zonas afectadas dando a la piel una apariencia de cuero. La piel puede fisurarse y desprenderse con facilidad. La gangrena es precedida por cólico, constipación o diarrea, y en los cuadros más graves puede provocar la pérdida de extremidades. En general, la cola es la más afectada, por lo que se debe amputar tan pronto empiecen los signos de la enfermedad. Para prevenirla, es importante seguir las siguientes recomendaciones: no suministrar granos dañados en las raciones, podar las gramíneas, no alimentar con pastos de corte espigados y vigilar si hay aparición de cojera cuando consumen forrajes ensilados.
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