En un esfuerzo por mitigar los efectos del cambio climático y promover prácticas sostenibles, 300 ganaderos y agricultores se reunieron en la finca La Esperanza, en Susa, Cundinamarca, para firmar un trascendental acuerdo con la Corporación Autónoma Regional (CAR). Este compromiso se inscribe en el marco del proyecto Unidades Productivas Sostenibles, que busca integrar estrategias de conservación ambiental con las actividades productivas de las comunidades locales.
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Un compromiso ambiental con visión de futuro
El acuerdo establece responsabilidades compartidas entre la CAR y los productores para fortalecer la resiliencia al cambio climático. Por un lado, la CAR asumió el compromiso de implementar soluciones concretas en las unidades productivas de los participantes. Estas incluyen la instalación de reservorios de agua, la entrega de 200 árboles por predio y la capacitación técnica para aplicar medidas de adaptación y mitigación. Adicionalmente, la corporación realizará visitas de seguimiento y proporcionará acompañamiento técnico continuo durante los tres años de duración del acuerdo.
Por otro lado, los productores se comprometieron a plantar y cuidar los árboles entregados, mantener los reservorios en óptimas condiciones y participar activamente en las actividades de formación organizadas por la CAR. Al permitir la instalación de infraestructura y adoptar las prácticas propuestas, los participantes garantizarán que los objetivos de sostenibilidad sean alcanzados de manera efectiva.
Nidia Riaño Rincón, directora de Cultura Ambiental y Servicio al Ciudadano de la CAR, expresó su satisfacción por el compromiso mostrado por los productores y agradeció a los técnicos de campo por su dedicación en cada etapa del proceso. “Estos acuerdos son una muestra del compromiso de la CAR con el cuidado del medio ambiente y con la preparación de los productores ante el cambio climático”, afirmó Riaño Rincón.
Sostenibilidad como eje central
Según Edgar Roncancio, coordinador del proyecto, el principal objetivo es transformar los sistemas productivos mediante la incorporación de elementos que mejoren tanto la conservación del suelo como la generación de ingresos. La plantación de árboles forestales y frutales no solo ayuda a mantener la calidad del suelo, sino que también proporciona recursos adicionales para los productores, incluyendo especies forrajeras que optimizan las prácticas ganaderas. Roncancio destacó que estas iniciativas combinan beneficios ambientales y sociales, al fortalecer las capacidades productivas de las comunidades.
El alcance del proyecto ha sido notable este año, llegando a 500 productores en municipios como Sutatausa, Carmen de Carupa, Ubaté, Fúquene, Guachetá y Susa, así como en regiones de clima cálido como Jerusalén y Tocaima. Estas últimas, al ser áreas con bajos niveles de precipitación, representan un reto adicional en términos de sostenibilidad, lo que resalta la importancia de estas intervenciones.
Colaboración para un cambio sostenible
La Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) también participó en el evento, a través de su subdirector de Ciencia, Tecnología e Innovación, Olber Ayala. Durante su intervención, Ayala subrayó la relevancia de seguir desarrollando la actividad ganadera de forma sostenible, al tiempo que destacó la colaboración entre instituciones y productores como un modelo efectivo para enfrentar los retos ambientales actuales.