Factores relacionados con la condición corporal, capacidad productiva o composición de la dieta, son elementos que permiten que la novilla exprese la producción de leche deseada. Alteraciones en esa materia afectan la cantidad de litros obtenidos. Una vez la novilla tiene su primer parto, los ganaderos deben estar atentos a muchas situaciones que se pueden presentar, como es el inicio de la lactancia, el levante de la cría y su recuperación para aprovechar al máximo el pico productivo en materia lechera. (Lea: Conozca los síntomas y las etapas del parto de la vaca) Durante los días siguientes al nacimiento del ternero se debe dilucidar el panorama toda vez que empieza a aclararse o complicarse según la genética de la hembra, su condición corporal antes del parto o la alimentación que venía recibiendo. De eso depende que se presenten reducciones inusuales en la producción de leche que generan zozobra entre los ganaderos. Francisco Peña Castellanos, PhD en ganadería de leche, indicó que muchos factores influyen en la caída de producción de una novilla, una de ellas es que el animal todavía se encuentra en proceso de crecimiento y tiene ciertos requerimientos que debe cumplir antes, por lo que su preocupación no es producir el lácteo, sino suplir sus necesidades fisiológicas. Escuche las declaraciones del experto
Es decir, la hembra va a priorizar su crecimiento por encima de la producción, por lo que si no tiene los suficientes elementos y componentes dentro de su organismo, la cantidad de leche que está generando va a caer. (Lea: Aspectos del preparto que permiten lograr un óptimo desempeño) “Es necesario que la condición corporal al momento del parto sea óptima, si la novilla no estaba en un estado correcto una vez nació la cría, la producción de leche va a depender de las reservas que tenga su organismo, eso significa que no serán tan altas como el ganadero cree y al final no va a permitir que se obtenga el volumen deseado”, argumentó. A esos 2 factores se le deben añadir, la dieta tras el parto y la genética. En el primer caso es indispensable suministrarles a las hembras recién paridas una alimentación balanceada para mantener la producción. Incluso en el caso de hembras con volúmenes de leche muy altos, es normal que se presenten picos de grandes cantidades, por lo que esas vacas van a requerir una nutrición de acuerdo a la condición corporal del animal para que exprese todas sus condiciones lecheras. (Lea: Descubra el protocolo de tratamiento del parto de una vaca) “En cuanto a la genética, hay animales que vienen programados con picos altos de producción y si eso se acompaña de una buena condición corporal podrían llegar a los 45 días sosteniendo el volumen productivo. La idea es lograr que los mantengan”, remató Peña Castellanos. El experto les sugirió a los ganaderos estar atentos al comportamiento de las primerizas durante los días posteriores al parto, para monitorear su comportamiento lechero y si hay inconvenientes que afecten la producción.