Conozca el crecimiento de sus praderas para determinar el momento óptimo del pastoreo, utilizando criterios medibles que reflejan lo que está pasando con los nutrientes de la planta, dejando de lado el simple criterio de pastoreo por número de días de descanso de la pradera. Muchos ganaderos mantienen aún el criterio del tiempo de descanso de la pradera. Lo establecen en días, siendo un valor fijo (35 días, 45 días, 70 días, etc.), sin tener en cuenta las variables climáticas como la temperatura base del crecimiento de las praderas, la precipitación o la luminosidad. De esta manera continúan manteniendo producciones de leche en función de los días de descanso de los potreros basadas en la su programación de praderas para todo el año, ocasionando con ello bajas producciones de leche por el indiscriminado uso del forraje y con efectos secundarios como la degradación de las praderas. Expertos como Iván Dario Calvache García, Z, MSc Producción animal, Rafael Guillermo Ardila Guzmán, Z, Laura Charry Cediel, Z, y Alexander Navas Panadero, MVZ, MSc Agroforesteria Tropical, han hablado sobre el momento óptimo del pastoreo. Explican que conocer el crecimiento de las praderas es importante para determinar el momento óptimo del pastoreo, de tal forma que se debe establecer como criterios de pastoreo momentos prácticos, medibles fácilmente en la finca y que reflejan lo que está pasando con los nutrientes de la planta, dejando así a un lado el simple criterio de pastoreo por número de días de descanso de la pradera. Dentro de estos criterios, dichos expertos recomiendan observar el número de hojas vivas para saber cuándo las gramíneas presentan su mejor contenido nutricional; también consideran esencial observar la altura de la pradera –que además es uno de los criterios más fáciles de medir–; y cuantificar la producción de materia seca por hectárea (Kilogramos de MS/Ha). Explican cada uno de estos criterios de la siguiente manera: El número de hojas vivas Como explicación inicial señalan que las gramíneas presentan su mejor contenido nutricional en estado vegetativo en el momento en el que cada macollo –en el caso de Rye Grass–, alcanza a tener tres hojas vivas, totalmente expandidas y fotosintéticamente activas, y para el Kikuyo cada estolón en sus yemas alcanza a tener cinco hojas vivas, totalmente expandidas y fotosintéticamente activas Lo anterior demuestra que para el caso del Rye Grass cuando empieza a nacer las cuatro hojas, la primera empieza a morir, la cual debió ser consumida por el animal porque son nutrientes que se están perdiendo. Para el caso del Kikuyo pasa lo mismo cuando empieza a aparecer la sexta hoja viva nueva, es decir, que la primera está muriendo y existe una pérdida de nutrientes en la planta porque las hojas que están en el medio de la primera hoja que está muriendo y la nueva hoja que está saliendo, siguen su proceso normal de crecimiento, volviéndose más maduras y disminuyendo su contenido nutricional. La altura de la pradera Este es uno de los criterios más fáciles de medir, pues con que se realicen unas mediciones manuales desde el suelo hasta la parte superior de la última hoja nacida y se estandarice un sistema de medida –como por ejemplo el tamaño de las botas del operario o simplemente una barra medidora–, funciona muy bien para programar el pastoreo. Señalan que existe una relación del 95% de confianza cuando las praderas polifíticas alcanzan una altura entre 15 y 20 cm de altura, en donde cada macollo tiene entre 2,5 y 3 hojas vivas, lo cual está asegurando la máxima calidad nutritiva de la pradera sin perder el desbalance entre contenido nutricional y biomasa forrajera. Kilogramos de materia seca por hectárea En concordancia con el número de hojas vivas y altura de la pradera, entra a jugar el último criterio de pastoreo y tal vez el más importante para programar el modo de pastoreo. Se trata de la producción de materia seca por hectárea expresada en kilogramos. Señalan que determinar los Kilogramos de materia seca por hectárea permite programar los tiempos de pastoreo y las áreas de pastoreo. Argumentan que estudios en Nueva Zelanda, sur de Chile y en Colombia, realizados por la Universidad de La Salle, han demostrado que existe una correlación fuerte entre estos tres criterios de pastoreo, denotando que bajo esa altura y ese número de hojas vivas en praderas polífíticas, se puede encontrar una producción de 2.200 y 2.300 Kilogramos de materia seca por hectárea, Aclaran que los estudios se han realizado utilizando para aforar pasturas la técnica denominada “Rising Plate Meter”, que no destructiva, de fácil uso y con un grado de confiabilidad del 90%, claro está previamente estandarizado para praderas de trópico alto. Lo anterior los lleva a concluir que la calidad nutritiva de la pradera depende netamente de la velocidad de crecimiento de la misma, y la velocidad de crecimiento depende directamente de las condiciones climáticas ambientales, de tal forma que, los únicos criterios constantes van a ser el número de hojas vivas, altura de la pradera y Kg de MS por hectárea, los cuales se pueden lograr en un número indeterminado de días Agregan, a manera de conclusión, que estos criterios dependen de las condiciones climáticas que no son las mismas durante el año, por lo que se desvirtúa el tener días fijos de descanso de la pradera para el próximo pastoreo. ¿Cómo hacerlo? Finalmente explican que para establecer los criterios de pastoreo en las unidades productoras de leche con base alimenticia la pradera, se debe medir la altura de la pradera; luego se procede a medir directamente unos 5 a 10 macollos en todo el potrero a pastorear y se constata cuantas hojas vivas tiene, y, sí se cumple con los criterios anteriormente establecidos, es el momento óptimo de pastorear. Sí se tiene los animales en otro potrero que cumplió simultáneamente con los mismos criterios, se debe tomar la decisión de cosecharlo con máquina y conservarlo, el cual posteriormente servirá como una fuente de suplementación para los animales, y lo mejor, es que el corte le hace más saludable la pradera y asegurará la persistencia de la misma pues de conservar los criterios de corte siempre se mantendrá en estado vegetativo. Fuente: Carta Fedegán 140