Un experto de la Universidad de La Salle afirmó que entre las explicaciones están el manejo del personal, la cantidad de agujas usadas por animales y hasta la edad. Si se llevan a cabo buenas prácticas, el biológico tiene un 95 % de protección. Óscar Esteban Salazar, médico veterinario de la Universidad de La Salle, indicó en diálogo con CONtexto ganadero que los productores porcícolas del país suelen confundir la diferencia entre antibiótico y vacuna, y que al llevarlo a la práctica incurren en errores que generan mayores gastos al interior de la granja, incluso, la muerte del animal. Para él, la vacuna proporciona herramientas de defensa al animal para combatir una futura infección, poniendo previamente en contacto con el agente causante de la enfermedad o una parte del mismo. Mientras que el antibiótico detiene la acción del agente que causa la enfermedad y el ejemplo más claro es la penicilina. (Lea: En lugar de trabajar solo, recuerde que asociarse paga) Pero, ¿cómo funcionan las vacunas?
De acuerdo con el experto, los animales vacunados solo resisten el desafío de cierta concentración de gérmenes patógenos cuando los biológicos son aplicados por primera vez y tienen una respuesta inmunitaria primaria; pero, si hay una segunda explicación, los antígenos del germen patógeno son reconocidos por los linfocitos de memoria, siendo esta más rápida, de mayor magnitud y es protectora. Sin embargo, el experto aseguró que a pesar de que se apliquen las vacunas vía intramuscular (subcutánea e intradérmica), u oral o nasal se pueden presentar fallas en los resultados que deberían proporcionar los biológicos. “Si se llevan a cabo buenas prácticas, el biológico tiene un 95 % de protección”, anotó. Las razones por las cuales pueden fallar la vacunas: 1. Diagnóstico inicial incorrecto 2. Uso incorrecto de la vacuna 3. Momento incorrecto de la vacunación 4. Fallo al dar la dosis incompleta (Lea: Nuevo método para reducir mortandad en cerdos) 5. Almacenamiento incorrecto (no hay cadena de frío) 6. Edad incorrecta de vacunación 7. Intervalo prolongado entre refuerzos 8. Incapacidad del cerdo en desarrollar respuesta inmune 9. Técnica de vacunación incorrecta 10. Vacuna cercana a la fecha de vencimiento 11. Contaminación en el frasco de la vacuna 12. Tiempo insuficiente entre la aplicación y el monitoreo de la respuesta 13. Desafíos altos de enfermedad Con lo anterior, el experto de la Universidad de La Salle, afirmó que los productores deben mantener en constante capacitación al personal que trabaja en la granja, “ellos siempre deben tener compromiso con las actividades que llevan a cabo, también hay que hacer una auditoria permanente, una revisión semanal del refrigerador y el registro de la temperatura – que debe estar entre los 2 y 8 grados centígrados – y tampoco confiarse en la cadena de frío, en la aplicación de la vacuna y en los encargados, siempre se debe estar pendiente de su propio negocio”. Por último, Salazar recordó que otra de las claves para que la vacuna tenga efecto es el uso de las jeringas, porque lo ideal es que sea una por animal, o en su defecto 5 animales por una aguja. (Lea: Programa de bioseguridad ha vinculado 177 granjas porcinas) Este tema fue expuesto en el marco del seminario ‘Experiencias Exitosas de Sanidad Porcina en Colombia’, organizado por la Asociación Colombiana de Porcicultores, Asoporcicultores; el Fondo Nacional dela Porcicultura, FNP; y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, MADR.