Los objetivos reproductivos dependen del sistema adoptado y deben ir acorde a la realidad del mismo. No es correcto comparar los indicadores de una granja con parición estacional, que sincroniza los picos de lactación, con los de una de parición continua que busca mantener su producción todo el año.

Una pregunta común de muchos productores es “¿Qué debo hacer para mejorar el desempeño reproductivo de mi ganado?”. Una pregunta sin respuesta única, según el portal agrovetmarket.com, que es mejor responder esquematizando el sistema y buscando los puntos críticos en dónde podría fallar y habría que tomar medidas correctivas.

El fracaso de los objetivos puede ser el resultado de la acumulación de pequeñas fallas o un gran error que trunca el resto del proceso. Entre los factores que influyen sobre un objetivo de lograr que el 80 % del ganado se encuentre preñado a 100 días de su parto o 6 semanas desde que iniciaron sus servicios, está el tiempo al primer servicio, bien sea por política de la granja o por anestro..

También incide la detección del celo; la fertilidad del macho, que tiene que ver con la calidad del semen; la fertilidad de la hembra, donde puede haber afectación por enfermedad, nutrición o razones genéticas. (Lea en CONtexto ganadero: Aspectos a considerar para tener buenos parámetros en la reproducción)

Pasos para mejorar

Frente a esta situación se plantean diez pasos para mejorar el desempeño reproductivo en el hato. Lo primero es un adecuado manejo del ternero y las vaquillonas. El inicio de la vida de las terneras influye sobre su desempeño posterior incluyendo el reproductivo. Aquí es clave el manejo del calostro, se debe asegurar la ingesta de al menos 3.8 litros de calostro de alta calidad en las primeras 6 a 2 horas de vida.

En este mismo punto es clave la introducción oportuna de concentrado y forrajes de alta calidad; y la vacunación y desparasitación oportuna.

El segundo paso es lograr una buena condición corporal al parto, lo cual conlleva monitorear las tasas de crecimiento, y suplementar de acuerdo a las necesidades.

Un tercer paso es evitar periodos de transición bruscos. Las dietas en esta etapa deben estar diseñadas para prevenir la hipocalcemia, mantener el balance energético y prevenir la cetosis, adaptar el rumen, y estimular la salud y desarrollo del tejido mamario.

El cuarto paso consiste en minimizar la pérdida de condición corporal. Posteriormente está el tiempo de espera voluntario que debe ser de 45 a 60 días. (Lea en CONtexto ganadero: Qué altera la reproducción bovina)

Igualmente hay que tener en cuenta el programa de sincronización y tratamiento temprano del anestro; así mismo las ayudas para la detección del celo que aunque no reemplazan el ojo, sí pueden ser de ayuda como los dispositivos sensibles a la presión, los podómetros y los collares.

El octavo paso es optimizar la reproducción del macho, para lo cual se deben auditar, periódicamente, las técnicas de inseminación, revisar el buen funcionamiento del tanque de nitrógeno y la viabilidad espermática de las pajillas.

Como noveno paso se menciona la re-detección de celos y detección temprana de vacas vacías.

Por último, está prevenir abortos a través de programas de bioseguridad reduciendo el ingreso de neospora caninum en establos libres y erradicándolo en establos positivos. Los programas de vacunación dependen de la epidemiologia de la región y pueden incluir inmunizaciones contra Leptospira, Vibrio y BVD.