No se niega la posibilidad de mayores impactos adversos al medio ambiente a través de la ganadería, provocados por la concentración de animales en poca superficie (feedlot), el sobrepastoreo observado generalmente bajo ciertas formas de la ganadería extensiva, y el uso de especies de pastos no adaptados y de herramientas de manejo no adecuadas. Por otra parte, ningún ganadero degrada sus recursos productivos intencionalmente y son muchos los que están altamente motivados a desarrollar y manejar sus campos en plena conformidad con los servicios ecológicos esperados de un sistema como el Chaco.