Las razas criollas colombianas vienen demostrando a nivel nacional las amplias bondades que tienen en comparación a otras especies. Adaptabilidad, rusticidad, producción, resistencia a enfermedades y calidad del producto final; son algunos de los parámetros que las han vuelto muy populares. Este tipo de semovientes llegó a nuestro continente hacia 1492, provenientes de Europa, se lograron adaptar a las diversas condiciones que esta zona del mundo les ofrecía: diversas temperaturas, variedad de suelos, pastos irregulares, enfermedades, entre otras situaciones que poco fueron sorteando hasta la actualidad.