Los centros penitenciarios se han convertido en el epicentro desde donde provienen las extorsiones que viven ganaderos, agricultores, comerciantes y empresarios de todos los rincones del país. ¿Dónde está el Estado? Un directorio y un teléfono son las armas que utilizan los reclusos para amedrentar a sus victimas. A pesar del esfuerzo de las autoridades, los casos que se conocen por cuenta de este flagelo siguen en aumento.