Las exportaciones de ganado en pie de Colombia no solo han sido importantes para los ganaderos sino para el país por las divisas que ello representa. Por eso hay que adoptar medidas para evitar que se pierdan.
Así lo plantea Miguel Ángel Lacouture, en una reciente columna publicada en CONtexto ganadero, donde compara la situación de Colombia con la de Brasil, para mostrar todas las ventajas que ellos tienen frente a las de nuestros ganaderos.
Un primer aspecto preocupante es la tasa de cambio. Mientras en Colombia el peso se ha revaluado frente al dólar en 3.7 %, cayendo a niveles inferiores a $3.800, el real se ha devaluado en 3.1 %. Esto significa que mientras en Colombia se reciben más dólares a menor cantidad de pesos, en Brasil los exportadores reciben más reales por dólar, permitiéndole al mercado interno obtener mayor liquidez para sostener precios internos de manera holgada.
Sin embargo, no se trata solamente de la parte monetaria, también está el tema genético, pues en Brasil se ha desarrollado el nelore plus, una especie de Bos Indicus, que, con las pasturas mejoradas, está listo para la exportación en pie al año y beneficio a los dos, ofreciendo mayor terneza y marmóreo en sus carnes y mejores rendimientos en canales e importante conversión de alimentos, con rendimientos superiores a 1.000 gramos/día.
“Estos resultados no lo logramos nosotros aún hoy. Aunque hay ventajas comparativas al ser nuestras reses criadas y levantadas en praderas, sin coadyuvantes para su desarrollo corporal, a P.A.S. (pasto, agua y sal)”, sostiene el columnista. (Lea en CONtexto ganadero: Exportaciones de ganado en pie se recuperan, pero las de carne bajan casi un 50 %)
Otro aspecto destacado y que marca diferencia es el normativo ya que en Brasil es posible colocar en los mercados internacionales reses desde 280 kilos, mientras que en Colombia el ICA solo permite la exportación de novillos a partir de 350 kilos en promedio, de acuerdo con una tabla de espacios en el buque, lo que impacta de manera directa la industria exportadora.
Frente a ello, Lacouture plantea que “es necesario que los cálculos de capacidad de carga del buque se hagan de manera real, individual no por promedios y se permita el embarque de reses desde 280 kilos”.
Inseguridad jurídica
Un aspecto adicional que juega en contra de Colombia, de acuerdo con el experto, es la inseguridad jurídica. En el país vecino las normas para exportar son estables, por lo que tanto el exportador como el comprador FOB las conocen de antemano, sin que haya variaciones en ellas por presiones de ninguna clase. En cambio, en nuestro “los organismos rectores de bienestar animal, respondiendo a dependencias de políticos de turno buscan variar las condiciones requeridas”.
Agrega que “entre nosotros (Colombia) los animalistas del Partido Verde, que hoy tienen el control político del ICA, están buscando a toda costa aumentar los espacios en el buque per cápita por reses en un 20 %, lo que, junto con las variables anotadas, llevarán necesariamente al marchitamiento de las exportaciones de ganado en pie”. (Lea en CONtexto ganadero: Se necesita reducir las tasas para ser competitivos a la hora de exportar carne a China)
Por todo ello, considera Lacouture que “es urgente tomar medidas de política pública, así como monetarias, para evitar el impacto socioeconómico que traería el marchitamiento de la industria ganadera”.
Asegura que “será una inmensa pérdida el cierre de las exportaciones en pie. Estas son, hoy por hoy, el elemento de mayor injerencia en la formación de precios del ganado. A diferencia de otros subsectores de la economía, acá no se toman precios de los mercados exteriores, la exportación le ha dado valor a la ganadería y precio al ganado”.
Sostiene que de acabarse con estas exportaciones se afectarían más de 400.000 predios ganaderos, la generación de más de 3.000, empleos directos y, las finanzas públicas se verían privadas de por lo menos US $300 millones de divisas frescas, legales y legítimas.