La Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira abrió las puertas de su planta semiindustrial para fabricar alimentos balanceados para animales, en la que profesionales, emprendedores e industriales podrán crear fórmulas con aportes nutricionales específicos y requisitos energéticos.
La facultad de ciencias agropecuarias estructuró en la Granja Mario González Aranda, ubicada a 1 kilómetro del campus principal, una fábrica dotada con equipos especializados que permite explorar y desarrollar mezclas de materias primas para crear alimentos concentrados o pellets. Su capacidad de producción, aunque considerable, es más baja frente a las industrias a gran escala.
La sala de fabricación de concentrados está equipada con tecnología de vanguardia, que incluye máquinas de molienda, mezcladoras, peletizadora y extrudizadora, conjunto de equipos que permiten llevar a cabo dos procesos esenciales: el peletizado, enfocado en la producción de gránulos para aves y pequeños rumiantes como conejos, cerdos y bovinos, y el extrurizado, mediante el cual se logra un grano más fuerte físicamente, que no se deshace y puede flotar, destinado a elaborar gránulos más estables para peces y animales domésticos
“La planta puede procesar hasta 200 kilos por lote en solo 15 minutos. Esta eficiencia se traduce en una producción potencial de unos 800 kg/hora en una de las salas dedicadas exclusivamente a la mezcla. El sistema de granulación por peletizado y extrudizado, esencial para crear alimentos concentrados, tiene capacidad de 400 kg/hora, y la extrurizadora, que mantiene un rendimiento sólido, de 300 kg/hora”, según el profesor del Departamento de Ciencia Animal, José Áder Gómez Peñaranda, citado en una nota de la agencia de noticias de la Universidad.
Agrega el docente que “desde el semestre pasado la fábrica no solo cumple una función productiva, sino que también sirve como herramienta académica. Los estudiantes inscriben las asignaturas de nutrición aplicada, nutrición avanzada y agroindustria de alimentos balanceados, y encuentran en este espacio una aplicación práctica de los conocimientos adquiridos en clases”. (Lea en CONtexto ganadero: Producción mundial de alimentos balanceados se mantuvo estable en 2022)
Además, la sala abrió sus puertas a estudiantes de otras universidades para brindarles la oportunidad de ampliar sus conocimientos y experiencia en la fabricación de alimentos concentrados
Alcance del proyecto
Gómez destaca las expectativas para este año, que incluyen el aumento de las unidades experimentales en la Granja, la expansión de la cobertura académica y la posibilidad de generar ingresos a través de la explotación pecuaria. “La meta es consolidar la sala como un centro de referencia en la fabricación de concentrados y ofrecer servicios a empresas interesadas en probar y desarrollar sus propios alimentos”, explica.
Por ejemplo, una empresa porcícola está limitada al alimento que le vende la fábrica que hace sus propias dietas, pero con este nuevo servicio de la Universidad Nacional Sede Palmira los productores podrán llevar sus mezclas, granularlas y probarlas a ver si son mejores o no que el concentrado comercial que les suministra la casa fabricante.
Uno de los mayores rubros para el sector pecuario es el alimento, que representa entre el 50 y el 70 % de los costos totales; por eso, el académico considera que esta iniciativa permitirá obtener recursos para el sostenimiento y crecimiento de la Granja, y así fortalecer de las labores de extensión de la universidad.
La fábrica se divide en dos subsalas: una para molienda y mezcla, y otra para granulación. En 2018, siendo decano el profesor Gómez, se compraron máquinas nacionales para fabricar pellets o alimento granulado, y en 2022 –con el profesor Mario García Dávila como decano– se entregó la planta de fabricación de alimento en polvo. (Lea en CONtexto ganadero: Siga los pasos y elabore el concentrado para sus bovinos)
El proyecto se enfoca no solo en materias primas comerciales, sino que también busca explorar alternativas autóctonas. Según el profesor Gómez, los estudiantes trabajan con productos locales como yuca y subproductos o residuos del sector pesquero, ofreciendo soluciones alimenticias diversas y adaptadas a las condiciones y potencialidades de cada región.