Ahora que Colombia logró la admisibilidad de la carne de res al mercado de China, el país requerirá, además de una de una oferta exportadora adicional, de una capacidad competitiva, tanto en precio como en calidad.
Respecto a la oferta exportadora, Óscar Cubillos , en su columna de opinión publicada en CONtexto ganadero «Con la maleta al hombro» indicó que se requerirían 140.000 toneladas de carne adicionales en el supuesto de que cada ciudadano chino consumiera al año 100 gramos de carne bovina —este país tiene una población de 1400 millones de personas—.
Con la apertura del mercado chino este objetivo demanda una tarea grande para materializarlo y consolidarlo, el cual empieza por revisar las posibilidades de aumentar la producción de carne de res, así como otros aspectos igualmente importantes.
La tarea del productor
Hoy el ganadero colombiano está entendiendo que el mundo compra calidad, precio y garantía de oferta disponible; es decir, el mejor producto al menor precio posible y siempre disponible en las cantidades y tiempos que el comprador requiere, señala Lafaurie Rivera (Lea en CONtexto ganadero: Feedlot Colombia: ganadería moderna y exportadora).
Son los retos de la competitividad. La calidad, para nuestro caso, incorpora la sanidad, la inocuidad y el enriquecimiento del producto, más allá de lo meramente nutricional. A la competitividad, además, se le han sumado los factores de la Responsabilidad Social y, sobre todo, la Sostenibilidad Ambiental, que hoy atemoriza al mundo por las amenazas del cambio climático.
En cuanto a precio y disponibilidad, Colombia debe buscar su lugar en el mercado internacional. Con un hato de 30 millones de animales, el número 11 del mundo, podemos ser actores regionales importantes en el mercado mundial de la carne, pero no somos Brasil ni Argentina.
Crecimiento del hato
Un reto básico para garantizar oferta continua es el crecimiento del hato. De acuerdo con Fedegán, una primera meta respecto al hato es regresar a la cantidad de ganado que tenía por habitante a mediados del siglo pasado -es decir, un bovino por habitante-. Volver a esa equivalencia actualmente (que sería 50 millones de bovinos), es posible lograr y superar preservando la naturaleza, a partir de Sistemas Silvopastoriles Intensivos, con mayor captura de carbono y menores emisiones de Gases de Efecto Invernadero. En ese aspecto la ruta es clara para la ganadería colombiana.
La innovación
Este es otro aspecto crucial. La apertura del mercado de carnes chino “es una oportunidad inmensa de negocio que requerirá subir permanentemente la frontera de innovación para ser más productivo y competitivo y dar respuesta a la nueva demanda de compras, señala Cubillos Pedraza”.
“Para aprovechar nuevos mercados -agrega-, los niveles de precio del novillo tendrán que ser muy parejos, o más bajos que el de directos competidores como Brasil, Paraguay o Uruguay; y se tendrá que evitar la especulación”.
Enfatizó en que “la mayor ganancia no vendrá por mayor precio más sí por mayor volumen de ventas”. Sin embargo, con el tiempo, también exigirán calidad como hoy lo exigen los países europeos (Ver en CONtexto ganadero: El futuro de la carne está en producir calidad diferenciada)
La mayor inserción en el comercio internacional obliga, por tanto, a ser competitivos, sin desconocer que toda la cadena de valor, y el país, tiene mucho por dar en materia de mejoramiento productivo.
También se requerirá de la articulación de las entidades responsables de facilitar el estado de las cosas; ICA, Invima, Ministerio de Agricultura, Embajadas y agregados comerciales, así como frigoríficos y por supuesto Fedegán.