Con ocasión de la audiencia pública de la comisión IV del Senado de la República —que se realizó en Ubaté con la presencia de cientos de lideres campesinos ganaderos— pude compartir de primera mano las necesidades que ven y sienten los ganaderos del país, productores de leche que en su gran mayoría son pequeños campesinos ganaderos que derivan su sustento de esta actividad.
Seguimos insistiendo en que la lechería es más que una actividad marginal de la economía rural del país. Es la producción lechera la actividad que más arraiga al campesino a su tierra, o lo que es lo mismo; es una estrategia fundamental para contrarestar la migración de campesinos a las grandes ciudades que llegan engrosar los cinturones de misera. Ninguna actividad como esta, exige la presencia día tras día del productor en su predio. Es la producción láctea la que le da al campesino el sustento diario, el flujo de caja que le permite darle de comer a sus hijos y es la producción láctea el refugio de cientos de pequeños campesinos que ven en este sector el salvavidas de los vaivenes de la producción agrícola.
La ganadería de leche generó en 2023 alrededor de un millón de empleos directos, al producir 7.097 millones de litros, pese al descenso de la producción con respecto a 2021 y 2022 con 7.821 y 7.414 respectivamente.
Nuestro aporte a la economía es indiscutible y el aporte de la lechería a la cohesión social, a la paz y a la seguridad alimentaria de nuestro país es aún mayor.
Desde la firma de los tratados de libre comercio con USA hace ya más de 15 años, y con la unión europea hace 11 años; venimos diciendo que debíamos modernizar y hacer competitiva nuestra actividad para evitar los graves problemas que hoy tenemos.
No es posible que después de tantos años y miles de millones invertidos o “gastados” en los conpes lácteos año tras año, el sector no se transforme. ¿La razón? No hemos sabido implementar las decisiones o soluciones propuestas o definidas como estratégicas para lograr mayor productividad y competitividad a lo largo de toda la cadena.
Es urgente pues, que no dilatemos más la ejecución correcta de las medidas que hemos propuesto permanentemente quienes no tenemos objetivo distinto al de modernizar la ganadería y el sector, haciéndolo sostenible y motor de desarrollo humano y económico del campo colombiano.
Lo hemos dicho en cada escenario y Fedegán lo reiteró en la última audiencia pública de la comisión IV del Senado de la República que abordó, en Ubaté y con la presencia de cientos de líderes campesinos ganaderos, la crisis del sector. Crisis que sólo se superará si trabajamos unidos a lo largo de la cadena y con un apoyo real, decidido e inmediato por parte del gobierno nacional, su ministerio de agricultura y desarrollo rural, así como de los gobiernos regionales de las principales cuencas lecheras.
Mirando a corto plazo para superar la crisis actual hemos propuesto:
1- Aumentar y fomentar el consumo nacional mediante el incremento sustancial de las compras públicas que lleguen a consumidores que hoy no acceden a este gran alimento. Esto es, generar compras institucionales de PAE, Fuerzas militares y programas sociales de nuestra leche y derivados, priorizando la producción local y regional, incluso si esto exige no priorizar el valor en la compra misma.
2- Atacar la caída del consumo nacional con la oferta de productos lácteos al alcance de los estratos 1, 2 y 3 —que son los que menos consumen—, y motivar el consumo de lo nuestro mediante la implementación de un sello de leche 100% pura leche colombiana. Lo anterior incluye la necesidad de vincular a los industriales y comercializadores como las grandes superficies para mejorar la eficiencia en beneficio del precio al consumidor
3- Proteger la producción nacional mediante el seguimiento estricto de las importaciones de leche en polvo y lactosueros tanto para evitar competencia desleal por subsidios o subvenciones que reciban los productores de estos países; como para el uso indebido del lactosuero mediante los controles y sanciones por parte del Invima y la implementación del sistema nacional de trazabilidad de leche en polvo y lactosueros importados. Esta protección debe ir hasta donde sea necesaria y se pueda realizar por el bien del país, esto es con implementación de salvaguardias cuando así sea necesario e incluso de ser posible, con la renegociación de los términos en que fueron pactados estos acuerdos. Esto no es para nada sencillo, pero que si fuese posible, desde FEDEGAN como gremio cúpula de la ganadería nacional, lo apoyaría y aportaría al proceso con toda la capacidad técnica y experiencia con que se cuenta.
4- Promover los encadenamientos locales y regionales y la implementación de las plantas de pulverización y procesamiento, propuestas hace tiempo. Estas plantas estratégicamente ubicadas en algunas cuencas del país y que siendo de economía mixta busquen cubrir nuevos mercados cautivos. Aquí solo anotar que la ubicación, diseño y operación es más compleja que girar un cheque estatal, por lo que debemos implementarlas según estrictos criterios técnicos y de mercado.
Existen muchas más medidas muy necesarias para lograr la sostenibilidad lechera del país, como la migración masiva a modelos de producción primaria más sostenibles ambientalmente como los sistemas silvopastoriles y los programas de asistencia técnica masiva, pero estas muestran sus resultados más a mediano y largo plazo, por lo que la prioridad quizá, por necesidad, serían las primeras ya enunciadas.
Pero la gran conclusión del evento es que se está acabando el tiempo para la lechería nacional. ¡O actuamos ya o la crisis láctea será también social y económica en todo el país!
Ricardo Arenas Ovalle, es Médico Veterinario, Especialista en Finanzas y Negocios Internacionales, Especialista en Gerencia de empresas agropecuarias, Consultor agroindustrial, Experto en producción y calidad de leche.