De acuerdo a las cifras de la Unidad de Seguimiento de Precios de la Leche, los primeros 4 meses de 2019 evidenciaron los peores registros en materia de acopio formal de leche, similar a la caída ocurrida en el mismo periodo de 2016.

Entre enero y abril de este año se recogieron poco más de mil millones de litros de leche, un 10,2 % menos que en el primer cuatrimestre del año pasado, cuando se alcanzaron 1.122 millones. (Lea: Acopio formal de leche cayó más de 9% en el primer trimestre de 2019)

Mientras que en el primer trimestre, el acopio formal cayó 9,2 % (-77 millones de litros), solamente al comparar abril bajó un 13,3 %, pasando de cerca de 281 millones en el mismo mes de 2018 a 243 millones, un nuevo bajo registro tras los 238 millones del pasado mes de febrero.

Estos datos son similares a los del arranque de 2016, cuando el país atravesaba un fuerte periodo de sequía ocasionado por el fenómeno de El Niño, que limitó en gran medida la disponibilidad del recurso hídrico. Para este año, se presentó una situación parecida en varias regiones del país.

A este factor se suman las elevadas importaciones de leche en polvo y derivados, que subieron más del 50 % en el primer trimestre de 2019 y también superaron las compras de hace 3 años. (Lea: Importaciones de lácteos subieron más de 50 % en primer trimestre de 2019)

Precio pagado al productor

Debido a la caída en la oferta, el valor nominal del pago por cada litro aumentó 3,2 % con bonificaciones y 2,3 % sin ellas. Mientras que en abril de 2018, el costo fue de $1.014 en el promedio nacional, en el mismo mes de este año llegó a $1.064.

Sin embargo, el dato más relevante tiene que ver con las bonificaciones, que habían pasado de $149 por litro en febrero de 2016 a apenas $48 al cabo de 3 años. En cambio, en marzo y abril de este año volvieron a subir a $73 y $75 en promedio, respectivamente.

Como lo concluyó el informe Coyuntura ganadera 2019, elaborado por Fedegán-FNG, las bonificaciones no están premiando la calidad de la leche, sino que se utiliza para captar más producto en caso de escasez –en cuyo caso sube la bonificación–. Lo contrario ocurre en caso de sobreproducción. 

En efecto, si se observa la tendencia del precio pagado al productor, desde 2016 para acá el rubro adicional se redujo con el paso de los meses, y apenas volvió a subir con el regreso del fenómeno de El Niño. (Lea: Dramática caída registró el acopio formal de leche en febrero de este año)

Inventarios

Finalmente, la caída en el inventario de leche en polvo confirma que la industria ha privilegiado el producto importado por encima del líquido producido por los ganaderos colombianos. Un año atrás había cerca de 17 mil toneladas almacenadas de leche sólida, y al inicio del año había más de 13 mil. Pero según la USP, hasta el 30 de abril se contaban 8.395 t.