Según la OCDE, los productores de carne en el mundo enfrentan desafíos significativos debido a los altos costos de producción, brotes de enfermedades, y regulaciones ambientales y de bienestar animal cada vez más estrictas.

Así lo señala un informe del equipo de investigaciones económicas de Bancolombia donde se indica que se espera un aumento de la productividad global, gracias a mejoras en la cría y prácticas de manejo operativo, así como mayores pesos al momento del sacrificio. De esta manera, se proyecta que la producción mundial de carne aumente un 12 % (41 millones de toneladas) para 2033, alcanzando un total estimado de 391 millones de toneladas.

Entre tanto, la FAO considera que crece la preferencia por opciones más saludables y sostenibles. Según la entidad, esto ha llevado a un aumento en la demanda de carne de pollo, debido a su menor impacto ambiental y perfil nutricional más favorable en comparación con otras carnes.

Los cambios en la población, la urbanización y el crecimiento económico deberían generar una mayor demanda de carnes y pescado, especialmente en las regiones de ingresos medios y bajos. Mientras tanto, en los países de ingresos altos, el consumo per cápita tiende a estabilizarse o disminuir debido a la saturación del mercado y las preocupaciones sobre la salud y el medio ambiente.

Mercado nacional

En Colombia, de acuerdo con el reporte de Bancolombia, el pescado es la proteína cuya producción más crece, pero el pollo ha mantenido su dominio en el mercado. Entre 2017 y 2023, el crecimiento compuesto anual de la producción piscícola fue de 10,4 %, seguido por la carne de cerdo (7,8 %) y pollo (2,5 %). La única categoría que ha decrecido ha sido la producción de carne de res: -1,2 %. (Lea en CONtexto ganadero: Desafíos y oportunidades que se abren en el mercado de la carne con las tendencias globales)

De cualquier manera, entre las carnes, el pollo es la categoría que mayor participación de mercado ha logrado consolidar, y actualmente ostenta el primer puesto, con 59 % del consumo (en peso). Esta proteína, junto con la carne de cerdo, ha venido ganando terreno en el consumo per cápita a costa de un menor consumo de carne de res.

Para el cierre de 2024 se espera que la carne de cerdo y el pescado sean las que más crezcan en consumo per cápita (6,5 % y 8 %, respectivamente), llegando a 10,4 y 14,4 kilos por habitante. Mientras tanto, para la carne de pollo, el aumento sería de tan solo 0,6 % alcanzando un consumo de 36 kilos, y para la carne de res, el consumo per cápita se proyecta caiga 1,4 %, de 17,7 a 17,5 kilos.

En cuanto a costos de producción, el informe señala que desde hace un año vienen retrocediendo. El alimento balanceado, que representa, en promedio, 70 % de la estructura de costos para producir carne de pollo y cerdo, ha caído 23 % entre mayo de 2023 y junio de 2024, mientras que para la producción de pescado ha bajado 15 %.

Esto no quiere decir que los precios sigan la misma tendencia del costo, ya que depende de la dinámica de oferta y demanda, además de procesos de sustitución entre estos productos por cuenta del comportamiento en la inflación. Incluso en algunas ocasiones puede darse una sustitución por el huevo, que es la proteína más económica; muestra de esto fue el crecimiento en consumo per cápita en 2023, que aumentó 2,2 %, llegando a 324 unidades. (Lea en CONtexto ganadero: El futuro de la carne está en producir calidad diferenciada)

Por comparación de precios, el consumidor podría elegir entre res y cerdo o pescado y pollo. Los precios al consumidor de la carne de res y cerdo tienen una alta correlación, aun así, entre enero y junio de este año, el precio de la carne de res aumentó 1,3 % y el del cerdo corrigió 0,2 %. En contraste, los mayores aumentos de precios al consumidor en el mismo periodo estuvieron en la carne de pollo (13,6 %) y el pescado (8,8 %).

A pesar de que el IPC de las diferentes carnes y pescado se desaceleran, las ventas reales de la industria cárnica están en terreno negativo desde noviembre de 2023, y muestran una contracción del 3,3 % a mayo de 2024 en la variación anual del promedio móvil. Según datos del más reciente informe del consumo en tiempo real del Grupo Bancolombia, la dinámica de la industria va en línea con lo observado en términos nominales: un menor consumo medido por el gasto de tarjetahabientes que se contrae a junio 12 % en supermercados y tiendas, y 9,1 % en restaurantes.

La producción de pollo, e incluso la de pescado, tiene menos intermediarios entre la producción del animal vivo, el sacrificio, empaque y transporte al comercio minorista. En comparación, la carne de cerdo, y especialmente la de res, enfrentan desafíos logísticos, ciclos de producción más largos, y mayores pérdidas en transporte (3 % a 5 %). Estos últimos sectores sufren de una mayor intermediación, lo que hace que la diferencia entre el precio al productor y al consumidor sea mayor en términos porcentuales.