Ante la decisión del ministro de Industria y Producción Nacional de Venezuela, Alex Saab, de vender la empresa Monómeros, ubicada en Barranquilla, el gobierno colombiano ha expresado su oposición a dicha medida y así se lo hizo saber al presidente Nicolás Maduro.
En una carta enviada por el presidente colombiano Gustavo Petro a su homólogo venezolano, esta medida podría incrementar la pobreza en la región y afectar negativamente a la agricultura, un sector que es fundamental para la transición de una economía extractivista a una productiva.
De acuerdo con el mandatario colombiano, la empresa ha proporcionado insumos agrícolas a precios justos, beneficiando a millones de campesinos en ambos países. La comercialización de productos como la urea ha garantizado la productividad de las tierras y ha asegurado ingresos suficientes para una vida digna a muchas familias, dijo.
Aseguró que la privatización de Monómeros podría encarecer los productos agrícolas primarios y obligar a los campesinos a depender de insumos extranjeros y del mercado internacional, afectando la soberanía alimentaria de la región.
Por su parte, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, a través de un comunicado, recordó que la empresa de origen venezolano representa el 27,8 % de la producción total de fertilizantes del país y por eso, dijo, “estamos analizando los posibles impactos en el marco de nuestras competencias como rectores de la política nacional de insumos agropecuarios en aras de proteger la producción agrícola y garantizar la seguridad alimentaria del país”. (Lea en CONtexto ganadero: El Gobierno está dispuesto a negociar la compra de Monómeros)
Por lo pronto, el Ministerio dará continuidad a las estrategias en curso orientadas a facilitar el acceso a los insumos agropecuarios de los productores e impulsar medidas de aseguramiento para reducir la variabilidad de los precios, como el fortalecimiento del Fondo para el Acceso a los Insumos Agropecuarios (FAIA), que permite la financiación de los mecanismos para facilitar el acceso en mejores condiciones de los productores a los insumos agropecuarios.
Así mismo, el diferimiento arancelario para insumos agropecuarios o aplazamiento temporal en la aplicación del arancel externo común a insumos como semillas, herbicidas, plaguicidas, abonos, insecticidas, para disminuir los costos de producción y asegurar precios más bajos para los productores.
Control de Supersociedades
A su turno, la Superintendencia de Sociedades, anunció la semana anterior que “inició actuación administrativa tendiente a someter al grado de supervisión denominado “control” a Monómeros Colombo Venezolanos, ante la posible venta de sus acciones, dada la financiación que percibe mayoritariamente por sus vinculados, la cual, en el escenario de una enajenación de sus participaciones podría generar y materializar un riesgo de insolvencia”.
Sin embargo, aclaró que no es una toma de posesión ni faculta a la Supersociedades para coadministrar la Sociedad, quien conserva su autonomía con las limitaciones y para los fines indicados en la Constitución y la ley, con plena garantía de sus derechos. Igualmente, el “control” no restringe los derechos de propiedad de los titulares de las acciones de la compañía, dado que la medida recae sobre la sociedad exclusivamente. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Se compra o no se compra Monómeros? Ecopetrol y Gobierno se contradicen)
El superintendente Billy Escobar, señaló que en visita realizada a la empresa se observó que sigue comercializando y produciendo de manera estable y que la situación jurídica y financiera de la empresa se encuentra en orden. No obstante, indicó que se hará una indagación más profunda respecto a la venta de los activos de la petroquímica, según informó W Radio. Manifestó que “de llegar a encontrar circunstancias que ameriten un paso adicional como una reorganización o liquidación, no les temblará la mano para proceder con acciones de ese tipo”.
La venta
De acuerdo con el diario El Colombiano, el afán de Maduro por vender Monómeros obedece a una serie de maniobras que se han hecho para el manejo de dineros.
El diario antioqueño reveló en agosto un movimiento irregular con los egresos de la empresa hacia una compañía en Hong Kong, pero que en realidad corresponde también al grupo PDVSA, la empresa de petróleos más grande de ese país. El gobierno de Maduro la puso en venta con afán porque la transición en Estados Unidos hacia la administración Trump implica un riesgo de pérdidas de sus activos.
Primero, el gobierno de Maduro ofreció la empresa a varios de sus aliados políticos y luego a otra compañía multinacional que sí estuvo interesada. Allí empezaron las negociaciones de las cuales el presidente Gustavo Petro tuvo conocimiento y, según dijeron varias fuentes a El Colombiano, estuvo de acuerdo en un primer momento.
En los resultados financieros y contables de Monómeros para el año 2022 y 2023 se registró un movimiento inusual que podría significar la renovación de una sanción de parte de la Oficina del Tesoro de la Casa Blanca. Monómeros le giró a Petroquímicas de Venezuela (PEQUIVEN), dueña de Monómeros, 136.000 millones de pesos a través de una triangulación que no estaría permitida por el Gobierno americano. (Lea en CONtexto ganadero: Colombia consume solo la mitad de fertilizantes que se requieren)
Monómeros fue sancionada por Estados Unidos por primera vez en 2017 como filial de Petróleos de Venezuela y prohibía la reestructuración de la deuda soberana de Venezuela y bloqueaba la participación de los dividendos de PDVSA y sus empresas filiales, incluyendo a Monómeros. La compañía pasó a estar en el listado de la Oficina para el Control de Bienes y Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro y eso limitaba su operación comercial con bancos, otras compañías, gobiernos y terceros.
En 2019, el Gobierno Duque decidió no permitir la entrada de un gerente delegado por el presidente Nicolás Maduro al país. Migración lo deportó y Monómeros pasó a control del líder de la oposición Juan Guaidó, que tuvo todo el apoyo de la administración anterior y terminó refugiado en Estados Unidos. Desde 2019 hasta septiembre del año pasado, Monómeros estuvo en control de la junta que Guaidó impuso y se logró que la sanción de la OFAC fuera suspendida para que Monómeros pudiera hacer operaciones de nuevo y reactivar la comercialización de fertilizantes.
Durante la pandemia, el Departamento del Tesoro amplió la suspensión de la sanción hasta el 30 de junio de 2025 a Monómeros, lo que le permite hacer créditos, comprar activos, venderlos y en general comercializar con otras empresas o gobiernos sin que esas transacciones tengan sanciones por el Gobierno americano, pero ni PEQUIVEN ni PDVSA tienen las sanciones levantadas.
Si la Oficina del Tesoro, en el nuevo gobierno de Donald Trump considera que este movimiento de triangulación hacia Pequiven es irregular e incumple con la suspensión de 2017, entonces podría volver a imponerla y Monómeros perdería los valores de sus activos, las utilidades y parte de la operación. Por eso Maduro ha buscado vender la compañía antes de enero, cuando se posesiona Trump.
De acuerdo con El Colombiano las negociaciones ya estaban suficientemente avanzadas y había un primer acuerdo de compraventa por más de 300 millones de dólares. La compañía interesada es una multinacional que compite en el agro y en los fertilizantes. Hubo varias reuniones de alto nivel y Petro no desconocía la intención de venta y compra. De hecho, estaba bien enterado. El comunicado lo publicó solo unos días antes de que se finiquitara la operación en lo que sería uno de los negocios del año en la región. Nadie sabe por qué Petro cambió de opinión, pero es difícil que Venezuela le haga caso a la línea del mandatario, informó el diario antioqueño.