El total de ejemplares faneados, tanto bovinos como ovinos, con destino a mercados internacionales sufrió una fuerte reducción en el séptimo mes del año, tras haber conservado una tendencia regular. Esta es una de las primeras consecuencias de los brotes de aftosa. Tan pronto se conoció la noticia del primer foco de fiebre aftosa en el país, que ocasionó la suspensión del estatus sanitario por parte de la OIE, era bien sabido que los exportadores de carne bovina serían los primeros en sentir el coletazo de este problema. Sin embargo, el Gobierno nunca calculó las graves consecuencias que traería la aparición de una enfermedad que había sido erradicada en 2009, luego de 15 años de esfuerzos mancomunados para alcanzar el estatus como país libre. (Lea: Sacrificio legal de bovinos siguió en picada en julio) Tras el primer anuncio de la presencia del virus en Tame, Arauca, y los sucesivos casos en Yacopí y Tibacuy, Cundinamarca, y Cúcuta, Norte de Santander, 12 países cerraron sus puertas a productos bovinos colombianos, entre estos Chile, Ecuador, Panamá, Perú y Curazao. A estos se sumó Rusia, nuestro mayor comprador de carne, un mercado que se había consolidado desde hace más de 3 años. Entre enero y mayo de este año, se exportaron USD 25,8 millones (valor FOB), de los cuales el 36,3 % fueron ventas a Rusia. Sin embargo, el flagelo de la fiebre aftosa provocó la suspensión inmediata del estatus y la negativa de estos países a aceptar productos cárnicos. (Lea: Sacrificio bovino en primer semestre de 2017 tuvo su peor registro en 7 años) Por este motivo, en julio de este año se sacrificaron solamente 3.965 cabezas de ganado vacuno, 7.783 menos que en el mismo mes de 2016, lo que equivale a una baja del 66%. No se había visto una cifra tan baja desde junio de 2015. La disminución fue similar con respecto a junio, que registró el sacrificio de 11 mil 533 bovinos. Además, la tendencia se había mantenido todo el año por encima de los 8 mil, excepto en mayo cuando se contabilizaron 7.725 cabezas. En cuanto a ovinos, por primera vez en el año se dejaron de enviar ejemplares sacrificados a exportación, hecho que no se registraba desde enero de 2016. En julio de ese año se fanearon 798 ovinos contra 0 en el mismo mes de 2017. Ahora bien, el Dane reportó que la cantidad de carne bovina que se exportó entre enero y julio no disminuyó, sino que por el contrario aumentó con respecto al periodo de 2016, con más de USD 38,8 millones vendidos. (Lea: Exportaciones de carne bovina iban bien hasta mayo, aumentaron 110 %) Esto puede explicarse por 2 factores: el aumento de los rendimientos en canal y el despacho del stock de carne que se ha acumulado durante este periodo. Sobre el primero, cabe resaltar el rendimiento pasó de 236 kg en 2016 a 260 en 2017. Los ganaderos han hecho la tarea de incrementar su productividad y así lo demuestran las estadísticas aportadas por el Dane. Sin embargo, con la mala noticia del cierre de los mercados, se perderán el privilegio de mostrar estos resultados hasta tanto el país no recupere el estatus. De acuerdo con el saliente ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, la próxima semana solicitará ante la OIE el levantamiento de la suspensión, en una reunión que tendrá lugar en París, Francia. (Lea: Sacrificio legal de ganado continúa con tendencia a la baja en 2017) Mientras tanto, las predicciones para agosto han hecho pensar que no se trató de un fenómeno aislado y que la tendencia a la baja se puede acentuar en los próximos meses.