De acuerdo con Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán, en su columna 'El balance ganadero de 2024 y las cartas para 2025', la faena de bovinos y búfalos comenzó el año pasado con bajos niveles debido a la "herencia de los altos precios de 2023".
"La buena noticia es que con el transcurrir del año la inflación general fue cediendo y el IPC de la carne de bovino terminó con la menor alza entre las carnes: 0,7 por ciento, frente a 3,1 por ciento en la carne de porcino, 2,1 por ciento en la de pollo, y 3,6 por ciento en la de pescado", escribió.
Esta reducción en el incremento del precio permitió que los consumidores volvieran a priorizar la carne de res dentro de su dieta, lo que aumentó el beneficio de bovinos.
Según la Encuesta de Sacrificio de Ganado (ESAG) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el sacrificio de ganado vacuno durante el año 2024 fue de 3.225.606 cabezas, lo que representó un alza de 4,5 por ciento con relación al 2023.
No obstante, aunque el resultado de 2024 superó las 3,1 millones de cabezas sacrificadas en 2022, el sector no ha logrado recuperar los niveles previos, manteniéndose estancado desde hace 5 años.
Por el contrario, la tendencia ha sido a la baja: la cifra actual es inferior a las 3,4 millones registradas en 2019, a las 3,6 millones de 2016 y está casi un millón por debajo del máximo histórico de 4,1 millones alcanzado en 2012.
Exportaciones repuntaron en 2024
El informe del DANE reveló que el sacrificio de machos creció un 9,8 por ciento, mientras que el de hembras tuvo una leve reducción del 2,8 por ciento. Además, el sacrificio destinado a la exportación se incrementó un 21,8 por ciento, pasando de 73.834 cabezas en 2023 a 89.934 en 2024.
La recuperación del sacrificio bovino fue evidente en los departamentos con mayor actividad, siendo Bogotá (16,5 por ciento), Antioquia (13,5 por ciento), Santander (9,4 por ciento), Córdoba (8,6 por ciento) y Valle del Cauca (5,5 por ciento), los principales contribuyentes.
El peso promedio en pie del ganado sacrificado en 2024 fue de 442,7 kilogramos, con un crecimiento del 2 por ciento respecto al año anterior, mientras que la producción de carne en canal alcanzó 754.246 toneladas, un incremento del 6,7 por ciento frente a 2023, equivalente a 47.242 toneladas adicionales.
El sacrificio destinado a la exportación mostró un repunte, brindando un alivio a un sector que cerró 2023 en declive y mantuvo esa tendencia durante gran parte de 2024.
Mientras que en el primer semestre no se superaron las 4.000 canales mensuales, desde agosto la dinámica mejoró, sobrepasando las 10.000 por mes.
La creciente demanda de carne por parte de China impulsó las exportaciones colombianas durante el segundo semestre de 2024, dinamizando significativamente el total de envíos de proteína bovina.
Por su parte, el sacrificio bufalino durante los meses de enero a diciembre 2024 creció 2,6 %, al sacrificar 1.357 cabezas más que en el mismo periodo del año anterior. El volumen de sacrificio continuó su tendencia alcista anual, obteniendo un nuevo récord de 53.217 cabezas en los 12 meses.
Perspectivas del sector cárnico en 2025
A pesar del crecimiento registrado, el sector sigue enfrentando desafíos tanto a nivel interno, por la inflación de los precios, como a nivel internacional por la competencia de otros mercados.
Otro factor que amenaza a este rubro de la economía es el sacrificio clandestino. Aunque el economista aseguró que se han fortalecido los controles a los establecimientos ilegales que no tienen permiso para procesar y comercializar carne, este sigue siendo el principal flagelo de la cadena de valor.
"Es un delito que le genera una competencia desleal a la industria frigorífica, evade impuestos y tributos y, lo más delicado, trae consecuencias graves sobre la salud pública. El Consejo Nacional de la Carne Bovina ha estimado en 40 por ciento del sacrificio formal el sacrificio clandestino. En animales en pie estamos hablando de 1,3 millones de animales", afirmó.
A esto se suman los otros delitos como el abigeato y el carneo, que ocasionan fuertes pérdidas para los propietarios de animales, y el fenómeno más grave para todos los productores del campo: el deterioro de la seguridad rural.
La situación de inseguridad no solo ha influido en años anteriores para que el sacrificio y el comercio ilegal de carne se incremente, sino que, además, impide que los ganaderos puedan realizar sus actividades con tranquilidad.
"El desmejoramiento de la seguridad rural ha influido para que el sacrificio clandestino se incremente. Por ello resulta urgente establecer, de manera universal, el sistema de trazabilidad e identificación animal articulado con las GSMI (Guía Sanitaria de Movilización Interna), con el fin de tener herramientas efectivas para la lucha contra este flagelo", sostuvo.