La economía de la leche, entre el 40 y 50 % de la producción láctea, está compuesta por campesinos que venden su materia prima de forma informal. La situación actual puede ocasionar suspensión en las compras de leche y un drama social que afectaría a muchos productores de bajos recursos.
En regiones como el Altiplano Cundiboyacense, algunas zonas de Antioquia y del Caribe, hay mucha informalidad. Allí es donde toman mucha importancia esas fábricas y empresas pequeñas dedicadas a la producción de quesos y subproductos. Sin embargo, como toda cadena, está empezando a tener dificultades enormes porque sus canales de comercialización fueron suspendidos. (Lea: 40 % de la producción de leche en Colombia se queda en el mercado informal)
Este análisis fue dado a conocer por Víctor Manuel Fajardo Becerra, presidente de la Cámara Gremial de la Leche y presidente de la Federación de Ganaderos de Boyacá, quien aseguró que esas ventas se llevan a cabo en las plazas de mercados de los municipios pequeños y medianos, o en algunos casos en Corabastos (Bogotá); otras alternativas para el comercio son a través de pizzerías y restaurantes los cuales están cerrados, por ende, el consumo no se está realizando.
Esa parálisis está ocasionando que esas empresas, cuyo propósito es la transformación de la leche, llenen su capacidad de almacenamiento por encima de lo normal.
"He estado hablando con varias personas que me han dado a conocer esa situación, quienes sostienen que para la próxima semana estas personas seguramente no tendrán la capacidad de almacenamiento y por supuesto la reacción natural será limitar las compras de leche", lamentó. (Lea: Cambios en el pago de la leche por cuenta del Covid-19)
Aseguró que lo que es difícil es que, al ser una cadena, normalmente se deshacen de los productores que para ellos son de pronto menos importantes, es decir, aquellos que están en las regiones más apartadas o cuyas vías de acceso y salida están en muy mal estado.
Para Fajardo, todo eso podría desatar un problema social grave porque podría darse que para los próximos días los campesinos se queden con la leche, con las consecuencias enormes que esto conlleva desde el punto de vista de la sostenibilidad económica de las familias productoras del país.
"Estas pequeñas empresas hacen parte de la economía informal del mercado lácteo colombiano que no es despreciable. Hay personas que hablan que es el 40 o 50 % del mercado, pero a la hora de ver quien vive de eso, son cientos de miles de familias que dependen de ello, allí están los más vulnerables, los campesinos de a pie", concluyó. (Lea: El IVA impulsaría la informalidad en el mercado de la leche)