A pesar de algunas tendencias de consumo en contra de las llamadas “carnes Rojas”, la preferencia de los consumidores colombianos sigue orientada a la “carne de res”, señala una publicación de Fedegán La reciente publicación de Fedegán “Ganadería colombina – Hoja de Ruta 2018 – 2022”, que entregará el presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie, al presidente de la República, Iván Duque; al ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Andrés Valencia, y a la comunidad ganadera en el 36 Congreso Nacional de Ganaderos, hace un análisis de las tendencias del consumo. Estas son las tendencias en el consumo de carne de bovino: - A partir de un máximo de 20,8 kilos/persona/año en 2012, el consumo de carne ha presentado una tendencia decreciente, llegando a 18,1 kilos/persona/año en 2017. - A pesar de algunas tendencias de consumo en contra de las llamadas “carnes rojas”, la preferencia de los consumidores colombianos sigue orientada a la “carne de res”, en lo cual la tradición y el gusto juegan un papel importante, aunque la variable precio representa una restricción. Las tendencias de los sustitutos en el mercado interno Pollo: - A partir de una cifra similar de consumo a la de la carne bovina en 2005, la de pollo ha mostrado una tendencia creciente durante más de una década, hasta llegar a 32,8 kilos/persona/año en 2017 (ver gráfica); aproximándose cada vez más a doblar en consumo a la carne bovina. - El huevo, como alternativa proteínica de bajo costo, muestra también tendencia creciente. Pasó de 262 unidades/persona/año en 2016 a 279 unidades en 2017. Cerdo: - El consumo de carne de cerdo presenta la misma tendencia creciente, desde solo 3,3 kilos/persona/año en 2005 hasta 9,4 kilos en 2017. - Nótese que mientras la avicultura ha logrado casi duplicar su oferta de carne entre 2005 y 2017, la porcicultura ha logrado triplicarla en el mismo periodo. Algunas conclusiones - Es indudable que la tendencia creciente del consumo de los principales sustitutos de la carne bovina obedece a su bajo punto de partida a inicios de la década anterior, pero también a su relativa menor complejidad y costos de producción, y, sobre todo, a su menor dependencia de la tierra como insumo básico. - No obstante, a esas ventajas comparativas se suma, en ambos casos, un esfuerzo sostenido y exitoso de promoción mediática del consumo, el cual, por el contrario, fue perdiendo peso durante los últimos años para la carne bovina, hasta desaparecer con el fin de la administración de parafiscalidad ganadera que estaba en cabeza de Fedegán.