“Vamos transitando de una inflación de alimentos por desbalance entre oferta y demanda hacia una inducida por costos y nerviosismo global”, según lo expuesto en un informe del equipo de investigaciones económicas de Bancolombia.
De acuerdo con la entidad, la situación actual de precios de alimentos en Colombia es, en parte, el reflejo de lo que se viene observando a nivel global, dado que la conexión con el mercado internacional va más allá de las importaciones de alimentos y fertilizantes.
La logística global continúa bajo estrés, y no se espera que corrija por el momento. Parte de la explicación del aumento en precios de alimentos e insumos se encuentra en el atasco logístico y el déficit global de contenedores, lo que ha llevado a un fuerte encarecimiento en el flete marítimo. Este ha sido un reto no solo para los importadores de agroinsumos y materias primas para alimento balanceado, sino también para los agroexportadores. (Lea: El índice de precios de los alimentos volvió a subir en enero)
El conflicto Rusia-Ucrania podría empeorar la coyuntura actual. Si se suman las participaciones de estos dos países en el comercio global de productos como el trigo, el maíz amarillo y la urea, puede observarse que son clave en la oferta global de estos commodities.
Colombia es bastante dependiente de la importación de estas materias primas, en el primer caso para la industria panificadora, en el segundo para la de alimentos balanceados, y en el tercer caso para la industria de fertilizantes, estas dos últimas afectan a la ganadería. Rusia es un jugador clave en el mercado de la urea y, además, uno de los principales países origen de nuestras importaciones.
De otro lado, Bancolombia señala en su informe que el incremento de precios de las principales proteínas es uno de los factores que vienen disparando el IPC de alimentos. Es así como el precio promedio del pollo (sin vísceras) en el mercado mayorista presentó un crecimiento del 25,3 % en 2021, mientras que el huevo (rojo tipo A) creció 26,3 %, el ganado en canal (macho de primera) 29,8 %, y el cerdo en canal alcanzó un crecimiento del 35 %, impulsados por un incremento en la demanda y mayores costos de producción.
Estas alzas, junto con las de otros productos agropecuarios, han permitido que la inflación anual total de alimentos de enero de este año fuera casi del 20 %, con aumentos del IPC para la carne de res del 34,8 %, para la carne de cerdo del 21,9 %, para el pollo del 26,8 % y para el huevo del 22,4 %.
Al incremento en precios se suman los mayores costos de producción. El incremento del 40 % durante 2021 en los precios promedio de los principales fertilizantes es el principal factor que viene encareciendo los costos en campo de los diferentes cultivos. Por su parte, los incrementos en los precios nacionalizados del maíz amarillo y la soya (+50,2 % y 43,9 %, respectivamente), materias primas para el alimento balanceado, han generado aumentos en los costos de producción de la avicultura, porcicultura y ganadería de leche. (Lea: Las razones por las cuales los alimentos están subiendo de precio en Colombia y el mundo)
Los precios de la leche intentan seguirle el paso a los costos. En respuesta al incremento de los costos de los fertilizantes y del alimento balanceado, en marzo y octubre del año pasado los precios de la leche al productor tuvieron incrementos, vía fórmula, lo que llevó a un aumento en el precio promedio pagado al ganadero durante 2021 del 6,8 %, sin bonificaciones, y del 7,6 % con bonificaciones. Sin embargo, estas alzas no han compensado el crecimiento en costos, lo que se reporta ha causado la migración de algunos productores a otras actividades.
Adicionalmente, se observa una caída del 7,3 % en el acopio formal a cierre de 2021, lo que contrasta con mayores exportaciones de productos lácteos (+118 %), y una reducción en las importaciones del 24,2 % en el acumulado a noviembre de 2021, de acuerdo con el informe del Banco.
Así mismo, señala que el precio promedio para el ganado en pie en 2021 creció 31,5 %, mientras el precio en canal creció 29,8 %. Por su parte, las exportaciones (medidas en cabezas) continuaron la tendencia alcista con un crecimiento del 16,7 %. Todo esto se ha traducido en un incremento del sacrificio total del 1,4 % y una reducción del sacrifico de hembras del 0,9 %, lo que continuó con la tendencia de retención presentada en 2020, cuando el sacrificio de hembras se redujo en un 10,6 %.
Adicionalmente, las exportaciones ganaderas han seguido con dinamismo, a tal punto que en la actualidad representan alrededor del 15 % de la producción local de carne de res, y se observa una dinámica importante en las ventas de cortes, lo que seguramente representa mayor valor agregado que las exportaciones de animales en pie.
Para 2022 se espera que continúe el crecimiento de las exportaciones, y que los precios locales se estabilicen en la medida en que, por efecto de la inflación, el mercado local se resienta por el menor ingreso disponible en los hogares.