Una de las acciones que más afecta a los ganaderos por parte del sector empresarial es la importación de leche, que según pudo confirmar CONtexto ganadero ya inició en este año. Durante 2016, los contingentes autorizados se agotaron en pocos meses.   Los abusos de la industria láctea con los productores son frecuentes y de todo tipo: manejo del precio que pagan a su antojo, establecimiento de fechas de recolección del producto, medición de la calidad en laboratorios propios, definición de la cantidad que acopian según el mes del año, entre otros.   Aunque todos son delicados y tienen sensibles consecuencias para la economía del ganadero, lo cierto es que uno de los que más perjudican al sector son las temidas importaciones, las cuales se hacen en grandes cantidades, sin discriminar marca o evaluar calidad; únicamente se revisa que el precio sea favorable para sus intereses. (Lea: Industria baja el precio de leche sin que el Gobierno ayude a evitarlo)   En 2016, los contingentes autorizados por el Gobierno en los diversos Tratados de Libre Comercio, TLC, fueron utilizados en su totalidad antes de que concluyera el primer semestre.   Las advertencias sobre las consecuencias fueron hechas desde un primer momento por José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán.   El dirigente señaló que aquello representaba un riesgo potencial para las miles de familias que se dedican a la extracción y comercialización de leche en Colombia y así fue.   Justificando enlechadas, no fueron pocas las oportunidades en las que la industria decidió no comprar el líquido, lo que provoca enormes pérdidas y genera la sensación de impotencia frente a este tipo de decisiones que nadie vigila ni mucho menos castiga. (Lea: Precio de la leche siguió siendo un abuso de la industria en 2016)   CONtexto ganadero pudo establecer que transcurridos menos de 20 días de este 2017, el sector industrial ya inició gestiones para importar leche en polvo en importantes cantidades, esto a pesar de haber bajado el precio desde noviembre de 2016 pretextando que no necesitaba acopiar tanta leche como lo hace regularmente.   Aunque lo delicado del tema ha sido reconocido por el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, nada se ha hecho desde su cartera en procura de fijar medidas o adoptar sanciones contra este tipo de acciones que perjudican a los ganaderos.   No se trata en ningún de evitar que al país pueda ingresar la leche de otras naciones, sino de procurar que eso no termine siendo un factor negativo para los productores colombianos, que deberían tener algún mecanismo de protección de un sector que como el empresarial se maneja a su antojo.