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Por - 13 de Agosto 2015
De acuerdo con el Dane, el área rural dispersa cuenta con el 40,6 % de uso agropecuario, porcentaje del que el 6,3 % corresponde a cultivos permanentes y transitorios. La SAC recordó que el consumo de alimentos importados es del 28 %
De acuerdo con el Dane, el área rural dispersa cuenta con el 40,6 % de uso agropecuario, porcentaje del que el 6,3 % corresponde a cultivos permanentes y transitorios. La SAC recordó que el consumo de alimentos importados es del 28 % En la entrega del primer avance del Tercer Censo Agropecuario, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, indicó que del área rural dispersa censada, un 40,6 % es de uso agropecuario. De ese porcentaje, el área sembrada con cultivos es del 6,3 %, lo cual equivale a 7 millones 115 hectáreas. El director del Dane, Mauricio Perfetti del Corral, indicó que del total de hectáreas destinadas al sector agrícola, los cultivos permanentes ocupan el 74,8 %, mientras que en el caso de los transitorios, como maíz, sorgo, soya, forrajes, entre otros, es del 15 %. (Lea: Las ayudas al campo) Por su parte, Rafael Mejía López, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, resaltó las cifras relacionadas con la producción de alimentos en 2014. Según los datos que proporcionó, en Colombia se produjeron el año pasado 31,6 millones de toneladas, aproximadamente, de las cuales se exportaron 4,4 millones; la nota negativa, sin embargo, es que se importaron 10,3. “Eso quiere decir que el 28 % de lo que estamos comiendo diariamente es importado. Si miramos con cuidado, la llegada del 80 % de los alimentos está concentrado en maíz, trigo, soya y torta de soya, y son los productos transitorios los que notamos que caen rápidamente en área y en volumen, en cambio los permanentes crecen (…) Entonces, lo que tenemos que ver es la oportunidad de trabajar entre el sector privado y el Gobierno en la sustitución de importaciones”, afirmó Mejía López. De acuerdo con el presidente de la SAC, estos resultados demuestran una vez más los pocos avances en materia de asistencia técnica y la urgencia por constituir planes de extensión rural integrales que respondan a las necesidades de los productores. (Lea: 5 razones del rezago en el desarrollo de la infraestructura rural) Por su parte, Juan Lucas Restrepo, director de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, comentó que es necesario dar inicio al cambio del área de siembra de cultivos transitorios. “Pero no es solo un tema tecnológico, de contar únicamente con los híbridos que generamos en conjunto con Fenalce, porque el censo también mostraba problemas de capitalización y mecanización y hay que integrarlos en el corto plazo”. Restrepo expresó que luego de ver los resultados del Censo le quedan 2 preocupaciones. La primera se basa en el área: “lo que parece positivo, parece negativo en la productividad, es decir que el aprovechamiento por Unidades de Producción Agropecuaria (UPA) no se ve bien”. El segundo tema es el aumento de la fragmentación de las UPA, en otras palabras, hay más productores que poseen parcelas de menos de 5 hectáreas, que cada vez reciben menos remuneración por su trabajo. “Si trabajan por fuera de la finca, descuidan la propia y eso afecta en el costo de oportunidades de ingresos y en la posibilidad de reemplazar importaciones”. (Lea: 89 % del sector rural no accedió a créditos, según Censo Agropecuario) A su vez, Henry Vanegas Angarita, presidente de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas, Fenalce, dijo en diálogo con CONtexto ganadero, que para nadie es un secreto que desde la apertura económica, en la década de los 90, se incentivaron cultivos permanentes, lo cual hizo que se desestimulara la siembra de productos transitorios. “Se decía que el futuro eran los permanentes, entonces cogieron fuerza la caña de azúcar y la palma de aceite. Pero lo que ha pasado es que la parte agrícola no ha crecido más de lo que puede hacerlo la economía. Colombia crece si se incentiva la siembra de productos de ciclo corto. Hay que pensar en los alimentos a los que se debe apostar”, enfatizó Vanegas. El presidente de Fenalce también sugirió que “la industria debe volver los ojos hacia la producción nacional” y dejar de pensar en el abastecimiento de alimentos importados. “La industria se unió con el sector comercio para que les trajeran materias primas baratas y además de eso, este último sector también puso en peligro al primero porque al país ingresan productos terminados. El error es no estar unido al sector agrícola; si seguimos así no podemos pensar en aumentar la producción de alimentos”. (Lea: Créditos del sector agro necesitan mejores tasas y plazos más largos) Asimismo, el gerente general de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, Rafael Hernández Lozano, expresó que para evitar las importaciones de cereales, lo ideal es que se “mitigue el daño” que se produjo, una vez se dio inicio al incentivo de los cultivos permanentes. “Nosotros ya le hicimos la propuesta al Gobierno del mantenimiento de los mecanismos de protección, como los aranceles y el Sistema de Franjas Libres de Precio, por el tiempo necesario que requiera la obtención de la competitividad, un tema que trabajamos mediante el Amtec (Programa de Adopción Masiva de Tecnología); pero eso no se logra de un año a otro, sugerimos que son mínimo 6 años para por lo menos tener 300 mil hectáreas y así poder competir con el arroz importado", expresó. Para Hernández es importante quehayan créditos a largo plazo, que sean costeados por los productores, así como hizo Brasil. No hay alimento más caro que aquel que no se produce”, agregó Hernández Lozano. Por último, José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, expresó que es importante que para los agricultores haya un crédito de fomento, teniendo en cuenta la condición estratégica y vulnerable que tiene el agro. (Columna: Crédito agropecuario VI: El deber ser) “Hay que levantar la trampa de las garantías. Cuando Finagro las aporta a través del FAG, lo debe hacer a bajo costo; y cuando es el productor quien las otorga, Finagro debe convertirse en administrador de esas garantías reales del sector rural, para darle más movilidad y dinamismo al crédito, acabando con las hipotecas exclusivas y excesivas que amarran al productor a un solo banco”, sugirió el vocero del gremio ganadero.
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