Las expectativas generadas por el gobierno de Gustavo Petro se ven empañadas por la sombría realidad económica que enfrenta Colombia.
Desde el inicio de su mandato, el jefe de Estado prometió una serie de reformas efectivas y progresistas destinadas a abordar las desigualdades sociales y económicas que aquejan al país. Sin embargo, a medida que avanza su periodo presidencial, los indicadores económicos muestran signos preocupantes de estancamiento e incluso retroceso y en eso han coincidido varios expertos, entre ellos el exministro de Hacienda petrista, José Antonio Ocampo, quien manifestó su preocupación por la nula gestión de Petro y su gabinete.
“El gobierno no ha anunciado una política de reactivación y existen muchas posibilidades interesantes en este frente”.
El exministro dijo que podrían promoverse programas contundentes encaminados a la generación de empleo, la adquisición de vivienda de interés social, el impulso a exportaciones y la economía popular con recursos del Presupuesto General de la Nación.
Una de las premisas de la agenda económica de Petro fue la búsqueda de una mayor equidad a través de medidas redistributivas y políticas de inclusión social. No obstante, la constante confrontación del presidente Gustavo Petro con la institucionalidad y la falta de claridad en cuanto a las políticas fiscales y regulatorias ha tenido su impacto negativo en la confianza de los inversores y la estabilidad económica.
Entre tanto, el exministro Alberto Carrasquilla manifestó su pesimismo y aseguró que el gobierno de Gustavo Petro está destruyendo la economía colombiana. “En el plan financiero se tenía disponibilidad iniciales de $20 billones y finales de $7 billones. El ritmo de uso de la caja es de $2 billones mensuales y podemos enfrentar una situación de extremada gravedad de caja muy pronto”, fue el escenario que vaticinó Carrasquilla para el 2024 en materia fiscal.
El fracaso de la política económica de Petro se refleja en la creciente desaprobación de su gestión por parte de la ciudadanía; el descontento popular por la falta de resultados tangibles en materia económica y social son evidentes, panorama con el que está de acuerdo el exministro Mauricio Cárdenas Santamaría quien explicó que el estancamiento se debe a que la inversión del 16 % del PIB es muy baja y a que la confianza inversionista se perdió.
“La gente no invierte porque no tiene claro para dónde van las cosas, todos los días hay noticias, amenazas y no creo que esto se vaya a resolver solo con política monetaria”.
A medida que aumenta la preocupación por el futuro del país, se hace evidente la necesidad de un cambio de rumbo en la política económica para evitar un mayor deterioro de la situación.