Aunque no se trata de una renegociación del Acuerdo de Promoción Comercial (TLC) con Estados Unidos, sí hay varios temas que se están revisando para poder modificar en el marco del acuerdo y para lo cual ya se han adelantado varias reuniones.
Así lo señaló el viceministro de comercio, Luis Felipe Quintero, en el evento “¿Cómo vamos en la agenda Colombia-Estados Unidos? Retos para la relación bilateral en 2024”, organizado por Amcham Colombia, donde destacó los acercamientos de alto nivel que se han llevado a cabo hasta la fecha, en octubre de 2022 y mayo de 2023.
También se han cumplido reuniones técnicas propias del Acuerdo, de las cuales en abril de 2023 se realizaron las de las mesas de fortalecimiento de capacidades comerciales (por primera vez); asuntos sanitarios y fitosanitarios; comercio agrícola; asuntos comerciales de textiles y del vestido; y, obstáculos técnicos al comercio.
Por su parte, en octubre del año pasado se hizo lo propio con las de contratación pública; servicios profesionales; inversión; y, comercio de mercancías. Quedan pendientes otra de comercio de mercancías y la comisión de libre comercio, máximo órgano administrador del acuerdo comercial.
Lo que Colombia pide que se revise
Los temas sobre los cuales Colombia ha pedido revisión del Acuerdo son los procesos de admisibilidad sanitaria (especialmente carne bovina, carne aviar, pasifloras y otras frutas frescas); la sección 232; acumulación de origen y escaso abasto en sector textil-confecciones; regla de origen de atún; acceso al biodiesel de palma; cooperación; contratación pública; inversión; y, servicios. (Lea en CONtexto ganadero: 11 años del TLC entre Colombia y EE. UU.: ¿Habrá renegociación?)
Intereses específicos de Colombia
En el tema de inversión el propósito es garantizar y estimular el flujo de inversiones y dar certeza a esos recursos, que no se utilicen en un desequilibrio en contra del Estado, como ya ha ocurrido en otras oportunidades donde se ha visto demandado por diferentes razones.
En servicios se pretende que los servicios profesionales tuvieran mejores mecanismos entre las partes, que fueran reconocidos en Estados Unidos labores como la arquitectura, la contaduría, la ingeniería, la medicina, entre otros, para acceder al mercado del país norteamericano.
En contratación pública se espera mayor conocimiento de los procesos licitatorios en Estados Unidos porque es uno de los capítulos que se ha utilizado muy poco; y, ampliar más allá de los 17 Estados que hoy están ofrecidos en el capítulo, otros en los que los licitantes colombianos pudieran llegar con sus productos y sus servicios.
En biodiesel se espera que se considera a Colombia como lo que es y no como se mira a Indonesia o Malasia, que son los principales productores de palma de aceite en el mundo, en particular el tema de la deforestación.
Así mismo, en la regla de origen del atún se busca mayor flexibilidad para que nuestro producto llegue con preferencia al mercado estadounidense como ya lo recoge otros acuerdos comerciales firmados por EEUU. (Lea en CONtexto ganadero: Carne colombiana a EE. UU.: un sueño que lleva 10 años aplazado)
También se pretende que se implemente la cláusula de acumulación extendida. Por ejemplo, que los insumos que elabore Colombia vayan a México y allí sean transformados y lleguen a Estados Unidos con preferencia o que materias primas que Colombia importe, por ejemplo, de México, para elaborar textiles y confecciones sean reconocidas para llegar al mercado del país norteamericano.
Mención especial requiere la sección 232 que es la medida que Estados Unidos tomó en su momento para proteger bajo el criterio de la producción nacional el acero y aluminio. Allí se elevaron los aranceles a los diferentes países entre ellos Colombia.
Igualmente se quiere que los procesos de admisibilidad sanitaria, cumpliendo con los requisitos que Aphis exige, se hagan de una manera más expedita. Se llevan más de diez años buscando ese trámite para la carne de cerdo y de bovino y todavía nada.