Los registros de la Unidad de Seguimiento de Precios de Leche del Ministerio de Agricultura evidencian un incremento en la recolección formal de leche. Sin embargo, las quejas en varias regiones por las enlechadas y las elevadas importaciones han incidido otro factor: el pago al productor lechero.
En julio pasado, la industria reportó una de las cantidades más altas de acopio mensual de leche de todo el 2020 e incluso de 2019, con más de 298 millones de litros, 9,2 millones más que el récord de mayo de este año, con cerca de 289 millones.
Esto también representa un crecimiento de 4,7 % comparado con julio del año anterior, que también fue relativamente favorable con alrededor de 285 millones de litros. (Lea: Acopio de leche creció 7,6 % en el primer semestre de 2020)
No deja de ser un dato sorprendente, no solo por la pandemia del nuevo coronavirus que ha impactado gravemente a la economía, sino también por las denuncias de ganaderos que han tenido que botar su leche porque nadie la compra.
De acuerdo con Óscar Cubillos Pedraza, jefe de la Oficina de Investigaciones Económicas de Fedegán-FNG, el hecho de que el acopio haya crecido 9,5 % en junio y 4,7 % en julio comparados con 2019 revelan que la gente está demandando leche líquida.
El funcionario cuestionó que los representantes de la industria lechera hayan denunciado problemas aun cuando el consumo se ha mantenido. (Lea: A pesar de las medidas, productores en Antioquia han tenido que botar leche)
“Esto lo demuestran las importaciones y el elevado acopio que reportaron a la USP. ¿Para qué fue el reclamo? Para romper el precio y no seguir pagando con la tendencia al alza que venían haciéndolo en este año, porque era un buen valor”, cuestionó.
En efecto, al revisar el precio nominal registrado por el ministerio, el precio del litro alcanzó su nivel más alto en mayo con $1267 con bonificaciones voluntarias. Sin embargo, para junio bajó a $1256 y en julio llegó a $1238, lo que significa que ha perdido $29 en dos meses.
“Para un productor que vende 10 000 litros al día, que le bajen $30, son $300 000 y al mes deja de percibir $9 000 000, que es la nómina de 4 empleados”, indicó. (Lea: Polémica por altas importaciones de lácteos revive la necesidad del fondo tripartita)
De igual manera, el funcionario sostuvo que las bonificaciones voluntarias han crecido con respecto al año anterior, porque se utilizan para captar más leche en época de escasez en lugar de premiar a los productores por la calidad del líquido.
Por el contrario, cuando hay sobreoferta, reducen este valor como sucedió en julio. Mientras que venían al alza desde abril, pasando de $128 por litro en promedio hasta $136 en mayo y $134 en junio, pasaron nuevamente a $119, el mismo valor de marzo.
“Si no hay leche, la bonificación voluntaria sube, pero si hay leche medianamente, baja. Los últimos datos indican que no es que realmente haya un exceso de leche circulando, pues la industria está pagando una bonificación mejor que hace un año”, señaló Cubillos.