Desde la entrada en vigor del TLC con Estados Unidos, hace casi nueve años, y la posterior ratificación del acuerdo con la Unión Europea, al año siguiente, los productores lecheros se han visto gravemente impactados por la entrada de derivados lácteos con cada vez mayores prerrogativas para los importadores.
Así lo concluyó un análisis de la dinámica de acopio y del precio pagado al productor desde 2012 hasta el año pasado, comparando los comportamientos de ambas variables con la dinámica de las importaciones que se intensificó en 2012 con la firma del TLC con EE. UU.
El análisis fue realizado por la Oficina de Planeación e Investigaciones Económicas de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y el Fondo Nacional del Ganado (FNG). (Lea: Importaciones de leche en polvo: ¿Y si nos decimos la verdad qué pasa?)
Además de intentar determinar cómo ha sido el impacto de ambos acuerdos comerciales en el sector lechero primario, también evidenció cómo ha sido el declive de la balanza comercial de lácteos, que pasó de superavitaria a deficitaria en este lapso.
A continuación, se presentan algunas de las conclusiones que la Oficina de Planeación e Investigaciones Económicas de Fedegán-FNG encontró en este análisis, que motivaron al gremio cúpula de la ganadería a solicitar medidas para frenar la elevada compra de lácteos.
El acopio ha perdido dinámica
De acuerdo con este informe, la recolección formal de leche parece haberse estancado desde 2014. Si bien se han registrado periodos de crecimiento en los años 2017 y 2018, la cantidad de litros reportada en 2019 se ubicó en niveles más bajos que los de 2014.
Entre 2012 y 2014, el acopio creció anualmente entre el 4 y 9 %. En cambio, entre 2015 y 2020 se estancó, con una caída máxima de 7,2 % en 2019 y un aumento máximo de 5,6 % al año siguiente. A pesar de que en 2018 se batió el récord de litros acopiados, este ritmo no se mantuvo.
Ese año se alcanzaron a recolectar más de 3 416 millones de litros, una cifra que los dos años siguientes no han podido superar. Esto es contrario a lo que se registró entre 2012 y 2014, cuando casi que se daba por hecho que habría un incremento anual.
“Si se tiene en cuenta que la población en Colombia tiene un crecimiento cercano al 1,3 % anual, es evidente la pérdida de dinamismo en la utilización de materia prima nacional”, señala, argumentando que esto coincide con las mayores importaciones desde 2012.
El pago al productor no mejora
Esta oficina adelantó el análisis en cifras constantes del precio que se le paga al productor por un litro de leche cruda en finca tomando como base el valor pagado en enero de 2012. (Lea: En enero de 2021 se importaron 15 385 toneladas de lácteos y el 92 % llegó de EE. UU.)
De acuerdo con Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación e Investigaciones Económicas de Fedegán–FNG, el precio constante se obtiene restando la inflación a los precios pagados en los años posteriores, de tal manera que no se hace el ajuste que normalmente se haría.
“(De esa manera), no estamos mirando el precio en términos de hoy, que ha crecido por la inflación, sino en términos de 2012, o sea que le estamos quitando al precio actual la inflación de los años 2013 a 2020, para observar qué tanto ha cambiado”, precisó el experto.
Teniendo en cuenta esta metodología, los resultados son bastante preocupantes: mientras que en 2012 el precio promedio de un litro de leche fue de $769, al año siguiente bajó y, aunque tuvo variaciones, nunca subió del valor establecido en el año base.
Por ejemplo, en 2013 cayó a $728, registrando la peor caída solo dos años después, con $704. Tres años más tarde, en 2018, se volvió a ubicar en $707. Aunque en 2019 y 2020 repuntó, siguió sin igualar el precio original, llegando a $767. Esto significa que el productor recibió el año pasado el mismo pago de 2012.
“El análisis indica la caída del precio en términos reales, y a pesar de la recuperación vista en 2019 y 2020, el registro no es mejor que el de 8 años atrás”, señala el informe. (Lea: En 2020 se importaron más de 73 000 toneladas de lácteos por más de USD 200 millones)
El precio pagado al productor no es superior al de 2012 si se mira en cifras constantes. Tomando en cuenta como base ese año, el aparente incremento del precio que registra cada año la Unidad de Seguimiento de Precios de Leche (USP) no se ha visto reflejado en el ganadero.
“En un análisis mensual entre 2012 (año de inicio del TLC con EE. UU.) y 2020, en cifras constantes del precio pagado al productor, es evidente cómo ninguno de los meses posteriores a abril de 2012 ha logrado tener una mejor cotización sobre el litro de leche”, dice.
Como lo comprobó Fedegán-FNG, el estancamiento del precio y la pérdida de dinámica el acopio han ocasionado un deterioro en el ingreso disponible de las familias que viven de la producción y venta de leche a la industria láctea.
La elección de enero de 2012 se hizo para observar cómo era el precio de la leche antes de la firma del TLC con EE. UU. en mayo de ese año. Incluso en los primeros años, las importaciones eran bajas, pero con el paso del tiempo, han crecido de manera exorbitante.
El cambio de la balanza
Esto se evidencia principalmente en la inclinación de la balanza comercial por el peso de las importaciones y la caída de las exportaciones de lácteos, que ya no representan un valor importante en este rubro. (Lea: Una Colombia lechera que se ahoga en importaciones)
Así pues, mientras que en 2008 se exportaron más de 31 000 toneladas de lácteos, en 2015 se importó esa misma cantidad. En cambio, los envíos al exterior en este año estuvieron por debajo de las 7000, que aun así fue un récord en la segunda década del siglo XXI.
En la primera década, del año 2000 a 2009, el promedio de ventas fue cercano a las 28 000 t. En los diez años siguientes, de 2010 a 2019, cayó a menos de 4000. En el primer periodo, el mejor año en exportaciones fue 2003, con más de 37 000 t.
En cambio, el mejor año de la siguiente década fue 2015, con 6921, siendo el año siguiente el más bajo, cuando se contabilizaron apenas 804 t. Más grave aún, ese año se importaron más de 58 000. Cuatro años después, en 2020, este número llegó al récord de 73 663 t.
No obstante, como señala el análisis de Fedegán-FNG, la balanza comercial ha sido deficitaria desde el año 2011, “debido a los altos índices de importaciones realizados por la industria láctea y el comportamiento marginal en las exportaciones”.
Asimismo, resaltan con preocupación que “en unos años podrá ingresar leche en polvo de los Estados Unidos y la Unión Europea con cero arancel, lo que pondrá en riesgo a los productores de leche del país”. Sin embargo, no fue necesario alcanzar ese horizonte para comprobar que los TLC, tal como fueron firmados, ya están lesionando gravemente al sector lácteo primario.